Nuestro tercer día en Soria, nos levantamos temprano para ira a visitar otra ruta que he seleccionado para hacer durante estos días. Conocer toda Soria en una semana es imposible y más con el handicap de tener que buscar rutas suaves que podamos hacer todo el grupo, que no sean muy largas etc ... etc ... El lugar al que nos dirigimos es Castroviejo, un lugar en el que las rocas han sido esculpidas por el viento a lo largo de los años dejando unas formas alucinantes. Tabién forma parte del PRC-SO 71, un pequeño recorrido de Soria de apenas 5 kilómetros que haremos Judit, las perras y menda lerenda.
Para llegar a la zona de aparcamiento tenemos que dirigirnos hasta Duruelo de la Sierra, poco antes de entrar en el municipio, verermos un cartel a mano derecha que nos indica el camino hacia Castroviejo. La carretera hasta el aparcamiento de Castroviejo está totalmente asfaltada y tiene unos 8,3 kilómetros aproximadamente, se tardan unos 15 minutos en llegar desde Duruelo de la Sierra.
La zona de aparcamiento es muy grande, y como no, somos los primeros en llegar, a ver quien es el guapo que se levanta tremprano en agosto para venir hasta aquí a las 9 de la mañana.
Un enorme panel nos da información de la zona. En otro podemos ver todas los destinos a los que nos podemos dirigir desde este punto, todo está muy bien señalizado.
La entrada a Castroviejo está acotada por unas vallas de madera y se accede a través de varios puntos de paso. Supongo que lo habrán hecho así para evitar que los cazurros de turno metieran el coche en tan bello paraje.
Entramos en Castroviejo y una gran esplanada con pinos albares nos recibe.
Enseguida vemos las rocas con esas extrañas y mágicas formas que el viento ha escupido con el paso del tiempo.
Entre los enormes bloques hay mesas y bancos donde hacer picnic. También hay barbacoas, pero por la época del año en que estamos está prohibido hacer fuego.
En cada lugar donde miramos vemos rocas donde cada uno de nosotros ve la forma que su imaginación le dicta.
Sin lugar a dudas, un lugar totalmente mágico, hacía tiempo que un lugar no me llamaba tanto la atención.
A mano izquierda vemos una pequeña apertura entre dos gigantescas moles y una señal blanca y azul, así que vamos hacia allí a ver que nos encontramos. En realidad se trata de un sendero local que nos lleva hasta Duruelo de la Sierra a través de los pinares, el porqué están pintadas con estos colores y no el blanco y verde? Ni idea.
Unos estrechos pasillos por los que tendremos que detrepar un poquito a medida que vamos bajando. Todo apunta a que la erosión causada por el aire y el agua ha esculpido estos pasillos en el conglomerado de las rocas.
Cuanto más bajamos, más nos gusta.
Ya vemos la salida de estos pasillos, a ver que nos encontramos al salir.
Judit y mi madre se acercan. Jejejeje, mi madre lleva la bolsa con los bocatas, o sea que hasta que no salgamos de aquí nadie desayuna jajajaja.
Dejamos detrás nuestro los pasillos y se abre anto nosotros un magnífico mirador. Ahora tenemos que dar una pequeña zancada para ir hasta el otro lado de las rocas.
Desde aquí podemos ver la comarca de pinares, Duruelo de la Sierra y Covaleda.
A lo lejos vemos como las marcas blancas y azules van bajando hacia Duruelo a través de los pinares.
Salimos de los estrechos pasillos y vamos a buscar a Gemma y mi padre, que están justo en el lado opuesto.
Estos resaltes rocosos son conocidos en la jerga de la geología como
'Tors' y son el resultado de la acción combinada del viento y el hielo
durante el glaciarismo cuaternario e inmediatamente después (hace unos
dos millones de años). Por una parte el hielo actúa entre las grietas
verticales separando lentamente los grandes bloques de formas
geométricas y después el viento lima sus afilados ángulos dándoles
formas sugerentes de animales, rostros y objetos.
El mirador del lado opuesto a los pasillos está protegido con unas vallas metálicas para evitar que alguien se pueda precipitar rocas abajo.
El resto del grupo esperando a que lleguen los bocatas jejeje.
Mires donde mires, las formas de las roca son increíbles.
Un espectacular bosque de pino albar rodea toda esta zona.
La pequeña cabrita encima de un Tors.
Buscamos una de las mesas que hay en la zona para desayunar algo.
Una vez que ya hemos visto Castroviejo volvemos hasta el aparcamiento.
El calor empieza a apretar un poquito, así que antes de continuar con la ruta, les damos agua a las bichas y les mojamos la barriga para que vayan fresquitas. Si llevamos perros y los queremos refrescar, hay que mojarles la parte de abajo, nunca la parte de arriba, las gotas de agua harían el efecto de lupa y en vez de refrescarlos, los acabaríamos asando de calor sin querer.
Una vez en el aparcamiento, seguiremos la ruta por la carretera de tierra que hay una vez que se acaba el asfalto, vamos hacia la Cueva Serena.
Ahora tenemos marcas blanca, amarilla y azul, señales de un PR y de un SL, aunque lo correcto sería que en vez de azul fuera verde.
Una vez que llevemos caminados unos 350 metros desde que empezamos la pista de tierra, llegamos a un cruce donde nos desviaremos por la derecha dirección la Cueva Serena.
El camino ahora se adentra en el bosque y se vuelve más irregular.
La masa forestal es brutal, y el bosque está super limpio.
En apenas 400 metros por este suave sendero llegamos al siguiente punto de interés de la excursión.
La Cueva Serena.
Una enorme cavidad que se adentra en la montaña con un pequeño salto de agua que la convierte sencillamente en una preciosidad.
La cavidad es bastante grande y se puede entrar sin problemas hasta el fondo, eso sí, cuidado que hay barro a capazos, y unas hortigas esperando a que alguien se roce con ellas, sobre todo ahora en verano que vamos con pantalones cortos jejeje.
Si buscamos un ángulo en el que la luz del sol de directamente en el agua que cae conseguiremos ver un bonito arco iris.
Después de estar un buen rato en la Cueva Serera el grupo se divide, mis padres y Gemma vuelven a Castroviejo, y el resto vamos a terminar de hacer el PR-SO 71, así que nos vamos dirección al Raso de la Cespedilla. Hay un cartel indicando la dirección al lado de la Cueva Serena.
Los primeros metros de esta parte del camino tienen bastante subida, el camino es bastante estrecho y en el suelo hay muchas piedras y raices.
Como el bosque es bastante frondoso, hay bastantes marcas en los troncos de los pinos para no perdernos en esta parte del camino.
Judit con Maya terminando de subir.
Dejamos los pinos detrás nuestro y el camino se despeja bastante. Ahora estamos en una zona con muchos claros en los que tendremos que ir siguiendo las fitas de piedras que la gente ha ido haciendo a lo largo del tiempo, como no podía ser de otra manera, nosotros también dejamos la nuestra.
Después de caminar unos 600 metros desde que dejamos la Cueva Serena llegamos a una enorme roca conocida como Aleta de Tiburón, imaginación al poder jejejeje.
Ahora el camino hace un par de curvas y baja un poco para terminar de nuevo en otra zona muy boscosa.
Seguimos subiendo sin parar y a toda prisa, les dijimos a Gemma y mis padres que volvieran a Castroviejo y subieran por la pista forestal hasta el Raso de la Cespedilla a recogernos, y ... queremos llegar antes que ellos jejeje.
Otra zona rocosa con formaciones curiosas y algún que otro pasillo.
Terminamos la subidita que ... vaya tela, el camino se vuelve totalmente plano y como el suelo está lleno de virutas de madera debido a la tala de árboles que hacen casi no se ve el sendero a seguir, menos mal de las marcas en los troncos.
Casi nos perdemos en esta parte del trayecto, la más plana y sencilla, pero al final seguimos rectos del todo y vamos a para al Raso de la Cespedilla, y lo mejor de todo, que el resto del grupo todavía no ha llegado con el coche, somos unas auténticas cabras del monte jejeje.
Les damos agua a las bichas que está sedientas a más no poder.
Y empezamos a bajar por la pista forestal hasta el aparcamiento de Castroviejo, la bajada tiene 1,5 kilómetros y no hay posibilidad de perdida, a unos 500 metros de llegar nos cruzamos con el coche y para lo poco que quedaba decidimos acabarlo caminando. Eso sí, sombras durante la bajada muy pocas, así que a llevar gorra, protección solar y agua para ir hidratándonos de vez en cuando.
Y por fin llegamos al parking de Castroviejo, donde nos refrescamos en la fuente de la calorada que hemos pasado bajando. Una ruta muy bonita y recomendable al 100x100, las rocas en Castroviejo tienen unas formas hechizantes, la Cueva Serena es preciosa y el paseo por el bosque hasta el Raso de la Cespedilla, muy chulo. Si podéis hacerla, no perdáis la ocasión, que no os va a defraudar, todo lo contrario.
FOTOS
DESNIVEL
MAPA
TRACK GPS
Distancia: 5 kilómetros
Desnivel: 265 metros
Duración: 2 horas
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