Esta mañana hemos ido a visitar la ciudad de Burgos, una preciosidad de ciudad, sobre todo su catedral, y de vuelta a Aldehuela del Rincón, al pasar por Santo Domingo de Silos hemos hecho una parada para ver el Desfiladero de la Yecla.
Para llegar, al salir de Santo Domingo de Silos, continuamos por la BU-910 durante unos 3 kilómetros y pasado el punto kilométrico 41, llegaremos al puente de la Yecla, donde podemos aparcar el coche a la derecha de la carretera. Si estuviera lleno de coches, podemos pasar el tunel y al salir hay otra zona donde aparcar. Se puede acceder por ambos sitios.
Aparcamos el coche de manera que no moleste en la carretera y que puedan aparcar más vehículos y con precaución cruzamos la carretera para bajar al desfiladero.
Una enorme inscripción en la piedra al más puro estilo nerdental nos indica el acceso al desfiladero.
Al principio toca bajar unas cuantas escaleras.
El tramo con escaleras tiene unos 100 metros.
Al acabar las escaleras el saliente de una roca hace que el paso se estreche un par de palmos y nos obligará a contorsionarnos un poquito.
Cuando acabamos las escaleras el camino se vuelve plano.
Justo antes de entrar en el desfiladero tendremos que retorcernos otra vez para pasar.
El contraste de temperatura del interior del desfiladero al exterior es muy grande. En la carretera el termómetro del coche marcaba 33 grados, aquí se nota fresquete, el sol no toca en el interior del desfiladero, no creo que lleguemos a los 20º de temperatura.
Como hemos empezado el desfiladero por la parte norte, la que se accede si venimos desde Santo Domingo de Silos, el trayecto es todo de subida, luego a la vuelta, todo será de bajada jejeje.
De momento el grupo está encantado con esta ruta, ha sido una sorpresa para ellos, no les había dicho que íbamos a parar aquí ni como era el sitio, ha sido todo un acierto.
Cada rincón, cada curva, cada saliente es un sitio ideal para hacerse una foto.
Debajo nuestro está el causante de esta maravilla, el arroyo El Cauce, durante millones de años se ha dedicado a erosionar estas rocas calizas formando este desfiladero.
Más o menos a mitad del recorrido, que en total tiene unos 600 metros, hay un pequeñita cuesta que supera el desnivel del desfiladero.
El arroyo de El Cauce ahora mismo está en horas bajas, agosto, sin lluvias desde hace mucho tiempo ... aun así lleva un pequeño hilillo de agua.
El desfiladero está incluido en el Espacio Natural de la Yecla y los
Sabinares del Arlanza, que abarca más de 26.000 hectáreas: el valle medio del
Arlanza, las Peñas de Cervera, el Cañón del río Mataviejas, la Meseta
de Carazo, el Monte Gayubar y las Mamblas. Aquí se localiza uno de los
más extensos y mejor conservados sabinares de Europa, con ejemplares que
superan los 2.000 años de vida.
¿Una pintura rupestre?
Si somos aficionados al barranquismo, como es mi caso, estamos de suerte ya que el desfiladero de la Yecla está equipado para ser descendido como un barranco acuático, un corto descenso de apenas 500 metros de longitud con tan solo tres pequeños
resaltes el mayor de unos 10 metros. Se comienza accediendo al barranco con
un rapel desde la pasarela a la altura de unos grandes bloques. En poco
más de una hora completaremos la actividad. Aunque está debidamente equipado, siempre hay que llevar material de instalación por si acaso.
Llegando a la mitad el desfiladero se ensancha banstante durante un pequeño tramo.
Cuando el desfiladero se abre un poquillo y alcanzamos a ver el cielo, podemos ver muchísimos buitres volando encima nuestro. No es de extrañar ya que en las cumbres anidan más de 100 parejas de buitres leonados.
El grupo aprovechando para mirar a los buitres volando.
Aprovechando el único tramo del desfiladero donde llegan los rayos del sol, unos pocos árbol se alzan junto a las pasarelas.
En este tramo se puede ver una abertura que hay en la carretera para mirar al desfiladero.
Para que luego digan que nunca salgo en las fotos.
La ida y la vueta, como comenté al principio es por el mismo camino, es una ruta lineal, pero si no queremos volver a recorrer el desfiladero podemos regresar por el túnel, ya que éste posee aceras por donde caminar, además de poder comtemplar la Yecla desde lo alto de la carretera en la abertura de la montaña entre los dos túneles.
En invierno su situación y las características del desfiladero en plena
montaña y muy sombrío crean unas condiciones excepcionales, pero podemos
encontrarnos el recorrido totalmente helado, sobre todo las empinadas
escaleras de acceso, por lo que de no llevar algo de equipamiento
necesario para caminar con seguridad sobre el hielo, como por ejemplo
unos crampones, no podremos disfrutar del interior de La Yecla. El resto
del año, si bien estamos en plena naturaleza, no necesitaremos nada
especial para visitarlo gracias a su equipamiento que nos facilita andar
por su interior.
El árbol que ha crecido en medio de la pared, es todo un superviviente y una prueba de que la vida se abre paso allá donde pueda.
Mi padre está disfrutando de lo linda haciendo fotos en el desfiladero.
Nos encontramos con un grupo que viene desde la otra entrada del túnel y cuando nos cruzamos hay que buscar un sitio ancho por el que podamos pasar dos personas a la vez jejeje.
Dejamos detrás nuestro a los otros excursionistas.
Ya casi hemos llegado al final del desfiladero.
Al igual que por donde nosotros empezamos, hay que subir unas escaleras para llegar hasta la carretera, aunque es esta ocasión son muy poquitas.
La zona de aparcamiento de la entrada sur es muy grande, caben muchísimos más coches que en la entrada norte.
Un panel informativo situado junto al aparcamiento sur nos explica un poco la historia del desfiladero.
Ahora podemos o volver por el desfiladero o por la acera que hay en la carretera para llegar al otro extremo del túnel donde tenemos aparcado el coche. Nosotros volvimos por el desfiladero, más divertido. Una actividad corta, sencilla, diferente y divertida. Si pasáis por Santo Domingo de Silos, no la dejéis escapar.
Distancia: 1 kilómetro
Desnivel: 90 metros
Duración: 45 minutos
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