Nuestra etapa por las tierras de Soria ha terminado y continuamos descubriendo rutas en la provincia de Salamanca. La primera excursión que haremos es la Senda Accesible de Los Castaños Centenarios.
Para llegar iremos hasta el área recreativa de El Casarito, una pequeña localidad que forma parte del municipio de Nava de Francia.
La zona habilitada para aparcar los coches es grande.
El Área Recreativa Fuente del Cántaro tiene una capacidad de aforo de 222 personas y cuenta con unas normas para su uso y servicio que podemos ver en un panel informativo que hay junto a la zona de aparcamiento.
Bajo la buena sombra que nos ofrecen los árboles hay bastantes mesas y banquetas de piedra.
A mano derecha tenemos un panel informativo donde podemos ver el recorrido de la Senda Accesible de Los Castaños Centenarios, es una ruta totalmente preparada para que personas que van en sillas de ruedas la puedan hacer.
Una vez vista la información del panel empezamos la ruta, la circulación de vehículos a motor está prohibida en toda la ruta.
A los pocos metros llegamos a un cruce, allí mismo hay un poste indicativo donde nos señaliza que tenemos que seguir hacia nuestra izquierda. La ruta coincide con un PR y tiene marcas blancas y amarillas.
Ahora salimos a un tramo de carretera por el que podemos encontraros con algun coche, un poco más arriba hay unas casas y los vecinos sí que pueden circular por este trozo.
A nuestra derecha un campo donde pastan unos cuantos caballos.
El grupillo preparado y motivado para la excursión, a ver que tal irá.
Como los caballos están pastando muy cerca del muro que los separa de la carretera nos acercamos a verlos, son muy bonitos.
Al llegar al final de esta calle otro cartel nos indica que tenemos que continuar hacia nuestra izquierda.
Giramos a la izquierda avanzamos unos pocos metros y continuamos por el camino que avanza entre las últimas casas, a partir de aquí si que ya no puede circular nadie.
De momento la ruta está muy señalizada.
Continuamos por un tramo empedrado y a la sombrita.
Al acabar el tramo empedrado vamos a parar a una pasarela de madera.
A mitad de la pasarela más o menos, tenemos el Mirador de la Peña de Francia, otro lugar muy interesante para visitar.
Un panel colocado en el mirador nos da información muy detallada acerca de la flora y fauna de la zona.
Dejamos el solete de la pasarela de madera y volvemos a la sombra que nos ofrecen los árboles del recorrido, hace bastante calor pero a la sombra se está bien.
Llegamos a la zona de El Rebollar, donde podemos ver unos cuantos ejemplares de Roble Melojo (Quercus pyrenaica).
Llegamos a un muro de piedra que hay pasado El Rebollar y a nuestra derecha vemos el primer castaño centenario de la ruta.
A medida que avanzamos empezamos a tener problemas con ... las moscas. Supongo que será por la gran cantidad de helechos que hay en la zona, pero las hay a cientos, y encima son esas pequeñas moscas que se meten en los ojos de las perras, así que fabricamos un espantamoscas casero con unas hojas de helechos.
Continuamos por la senda pelando contra las malditas moscas y llegamos a un cruce donde se puede seguir recto hacia El Cavaco / Nava / El Casarito / Peña de Francia o girar hacia la izquierda para continuar por Senda Accesible / Camino del Peñasco, nosotros tenemos que girar hacia la izquierda.
La humedad que se acumula en el suelo propicia que los helechos y musgos crezcan con tanta fuerza e intensidad en esta parte de la ruta.
Maya y Barbie llevan unas hojas de helecho encima de la cabeza para espantar las mosca, bueno, Maya con lo pequeña que es parece que vaya de camuflada debajo de su hoja jejeje.
Los helechos están entre las plantas más antiguas de la Tierra,
son fósiles vivientes que han sabido adaptarse a los diferentes cambios
climáticos y sobreponerse a los eventos catastróficos que ha
experimentado nuestro planeta. Su origen se establece hace unos 420 millones de años, bastante antes de que aparecieran los primeros dinosaurios.
Dejamos la zona de helechos, musgos y líquenes y seguimos caminando y espantando a la pesadísimas moscas ... son una auténtica pesadilla, sobre todo para las perras, cada poco hemos de pararnos a sacárselas de los ojos, un asquete.
Avanzamos un poquito más y llegamos a un enorme castaño centenario. Un panel informativo nos explica un poquito como es este tipo de árbol y que tiene aproximadamente unos 350 años.
Tiene un diámetro de 2,65 metros y un perímetro de 8,32 metros, un auténtico bicharraco de árbol.
Si lo rodeáis, por la parte de atrás se pueden ver unos cuantos huecos para ver la parte interior del castaño, que está totalmente hueca.
Después de ver esta maravilla de árbol, seguimos unos metros por la senda y llegamos a otro cruce. Si nuestra intención es hacer únicamente la senda, continuaremos por la izquierda, pero en nuestro caso continuaremos rectos por el PRCSA-17 "Camino del Peñasco", para ir a ver las Figuras de Tomé.
A partir de aquí, al haber salido del recorrido habilitado de la senda, las personas que se desplacen con sillas de ruedas ya no podrían continuar ya que el suelo es muy irregular; piedras, raices, agujeros, inclinaciones ...
A unos 200 metros de tomar el desvío llegamos a las Figuras de Tomé, no les había dicho nada a nadie y al verlas les han encantado jejeje.
Manuel Tomé es un escultor de la naturaleza. En ella encuentra su fuente
de inspiración y a ella acude en busca de la materia con la que
trabaja, la piedra. Y así es como localizó este corro rocoso cercano a
la localidad de El Casarito motivos para comenzar a trabajar en un
conjunto de esculturas perdidas en mitad del bosque.
Corría el año 1995
cuando comenzó el trabajo y no sabe cuándo lo dará por terminado. «Es un
trabajo que voy haciendo a mi ritmo. Cuando tengo tiempo y ganas voy
para allá y continúo con él», explica.
Estamos ante un pequeño zoológico de formas extravagantes. Puede que de seres mitológicos, ni siquiera el autor lo sabe.
Este
extraño zoológico de piedra resulta tan inquietante como sorprendente:
cabezas de ballena, elefantes, lagartos, caras humanas aprovechando los
perfiles del granito para tomar forma contemplan al caminante con la
misma extrañeza con la que el caminante las contempla a ellas.
Dejamos detrás nuestro este primero grupo de esculturas y continuamos avanzando por el camino.
Judit ya tardaba en subirse a alguno de estos enormes bloques graníticos jejeje.
A pocos metros del primer grupo de esculturas, encontramos otro.
Hipopótamos, lagartos, cabezas de leones, ojos ... cada cual ve lo que su imaginación le dice.
Una cabeza de lagarto o una serpiente que sale de la roca.
Un león rugiendo.
Dejamos este segundo y último grupo de figuras y volvemos al camino adentrándonos en otra zona con helechos y ... nuestras compañeras de rutas voladoras, las moscas vuelven a hacer acto de presencia, así que aceleramos un poco el paso para ver si las dejamos atrás de una vez por todas.
El camino empieza a descender suavemente y la vegetación a los lados también va cambiando poco a poco, cambiamos los helechos por brezo, lo cual se agradece al ir desapareciendo las moscas.
No es que la ruta tenga mucho desnivel, apenas 25 metros que apenas se aprecian, y únicamente en la parte de las Figuras de Tomé, la parte de la senda accesible es totalmente plana o con una inclinación que casi ni se nota.
Después de la bajada vamos a parar a un pequeño claro, nosotros seguimos las marcas blanca y verde para llegar hasta el Áera Recreativa de la Fuente del Cántaro, el inicio de la senda.
Cuando salgamos a un cruce, tendremos que girar a nuestra izquierda por un ancho camino.
Pasamos el puente que hay por encima del Arroyo del Caserito.
Y entramos en el área recreativa dando por finalizada esta preciosa, sencilla y sorprendente ruta, lástima de las pesadas moscas que había en alguna de las zonas del recorrido, desconozco si estarán todo el año o ha sido algo puntual, pero no por ello se ha de desmerecer a esta excursión, que como he dicho, es muy bonita y agradable de realizar.
Distancia: 2,5 kilómetros
Desnivel: 25 metros
Duración: 1 hora 30 minutos
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