Hoy es nuestro último día en Navarra, mañana volvemos a casa ya que se terminaron las vacaciones, así que esta mañana la vamos a aprovechar con una corta y preciosa excursión apta para todos los públicos, el SL®-NA 137, o Sendero de los Robles Milenarios.
Para llegar al punto de inicio iremos por la A-10 hasta Etxarri/Aranatz (salida 19) y seguiremos las indicaciones para llegar al Camping Etxarri/Arantaz. Atravesamos Etxarri/Aranatz por la NA-120, una vez que pasamos por el puente que va por encima de las vías del tren, llegamos a una pequeña rotonda, tomamos la segunda salida, siempre hacia el camping. Una vez que salimos de la rotonda, a los pocos metros giramos a la derecha y seguimos rectos hasta llegar a la zona de aparcamiento del camping, que está situada a la izquierda de la carretera. Si no queremos dejar el coche ahí, un poquito antes, hay un camino que sube por la derecha, nosotros aparcamos allí.
Una vez que dejamos el coche, hay una señal que prohibe expresamente la circulación de vehículos a motor. Nosotros iremos por el camino que baja por la izquierda.
Marcas amarilla, verde y blanca, estamos en un tramo de un PR y un SL, un pequeño recorrido y un sendero local.
Junto al camping hay un hito que nos marca Danbolintxulo.
Nada más pasar el camping vemos un enorme roble.
A unos 400 metros del lugar donde hemos aparcado, a nuestra derecha, vemos que empieza un camino de tierra señalizado con un poste de madera donde están indicados los tres recorridos que pasan por aquí: PR®-NA 133, PR®-NA 133.1 y el SL®-NA 137, que es el que nos interesa a nosotros, el Sendero de los Robles Milenarios.
Tomamos el camino de tierra y al poco ya vemos dos postes que impedirán el paso de cualquier tipo de vehículo a motor.
El día no acompaña mucho, la temperatura es buena, no hace mucho calor, pero de vez en cuando tenemos una pequeña llovizna que nos acompaña, es lo que tiene el clima atlántico.
Tapado con la vegetación vemos otro gigantesco roble.
Y en el tronco de un haya una babosa tamaño XXL.
Seguimos por el camino y vamos viendo los carteles que nos explican los diferentes tipos de árboles que hay en este bosque: Arces, Cornejos, Roble albar, Roble común ...
Junto al tronco de un roble, hay colgado un cartel en
euskera en forma de murciélago, se trata de Beltx, un personaje creado
para transmitir a los más pequeños la importancia del bosque, su
historia, el valor y la necesidad de preservarlo. Ni que decir tiene que
yo no tengo ni papa de euskera, lengua que algún día me gustaría
aprender, así que a base de tirar de google traductor esto es lo que
dice el cartel "Los
últimos rayos de sol se han ido, y cuando la luz del Txertxei perdido
hace mucho tiempo se pierde, llega a los ojos cansados del roble más
antiguo. Ahí está Beltx. Durmiendo. Pensando en los absurdos del mundo. Es un viejo, pequeño y oscuro tesoro. La vacuna no lo ha conocido, pero su padre siempre le ha dicho que solo se trata de ratones voladores. De repente, Beltx se despertó. Tan pronto como se encontraron, se dirigieron a la casa de Txertxei. Ya no se verán. Uno seguirá el eco de los mosquitos en la noche. El otro buscará el equilibrio de día. Pero seguirán siendo amigos, ya que ambos comparten un rasgo único: ambos cuidan el bosque" Si
hay alguien que detecte un error en la traducción, lo primero es pedir
disculpas y lo segundo que corrija los errores cometidos, gracias.
Gemma y Judit siguen mirando en cartel a ver si consiguen entender algo y ... va a ser que no.
Seguimos a los "cascacas rojas". Mis padres se han colocado sus impermeables anti camuflaje jejeje. Tampoco es que llueva tanto, pero como no les gusta mojarse, pues que se tapen, que no pasa nada.
Continuamos avanzando y vamos a para a un cruce, da lo mismo ir por un lado que otro, todos los caminos van al mismo sitio ya que es una ruta circular, nosotros vamos a ir por la derecha.
Una marca blanca y verde en el tronco de un árbol nos corfirma que vamos por el buen camino.
Un Haya en medio de este robledal. No es el único ejemplar, aunque puede que sí uno de los más grandes.
Aproximadamente, a unos 400 metros del punto donde nos desviamos para seguir por la derecha veremos una señal que nos indica que el camino gira hacia la izquierda.
De nuevo hay marcas en el tronco confirmando que vamos bien.
A la izquierda otro roble milenario.
El camino tiene un tramo por el que se pasa entre unos helechos gigantes. Siempre que veo algo así me viene a la memoria la película Jurassic Parc, cuando los velociraptores aparecen entre los helechos y se tiran encima de la gente para comérselos. Por si acaso yo paso rápido jejeje.
Una enorme cabaña hecha de chapa.
Salimos a un claro del bosque donde hay un gigantesco roble justo en el medio.
De momento, éste ejemplar es el más grande de todos los que hemos visto hasta ahora. El tronco tenía una abertura justo en la base y se podía entrar en su interior, seguro que dentro hay hadas, duendes o algún que otro ser mágico que deben vivir en este bosque.
El camino hace bajada, y ahora pasamos junto a un roble que fue partido por un rayo, quedando cada una de las dos partes en cada lado del camino.
Las ramas de este roble paracen brazos que salen del tronco colocados de tal forma que dan sombra y protegen de la lluvia al senderista.
Llegamos al segundo roble más grande de toda la ruta. Ahora siguiendo los carteles iremos dirección al camping, haciendo un giro en el camino de 180º.
Estoy alucinando con las pedazo de babosas que hay, son enormes!!!
Admiramos por última vez a este segundo coloso de la ruta y continuamos.
Dirección al camping por el SL®-NA 137.
Empieza a chispear otra vez, así que todos terminan con el impermeable puesto. Yo como no lo llevo pues me refresco jejeje.
Marcas blanca, amarilla y verde, vamos bien.
Parece que uno de estos gigantes murió hace tiempo y han aprovechado su tronco para hacer algo interesante.
En el tronco han tallado unas formas muy curiosas.
A medida que nos vamos acercando al camping, los árboles empiezan a ser un poco más pequeños.
El sendero está muy bien señalizado y no tiene pérdida alguna.
Un cartel en un poste nos señala un roble, a ver como será.
En medio de un claro, el tercer roble destacado de la ruta.
En realidad no se trata de un roble, sino varios robles que ha unido sus troncos formando un solo árbol y dejando una abertura debajo por la que se puede pasar perfectamente.
Dejamos detrás nuestro el último roble milenario y por suerte la llovizna nos da otra pequeña tregua, así que aprovechamos para continuar con la ruta.
Cada vez que nos cruzamos con alguno de estos gigantes, es imposible no pararte un momento para observarlos.
El grupillo está muy contento con esta ruta, ha resultado fácil, sencilla y muy bonita.
Pasamos junto al hueco de lo que en algún día fue un espectacular castaño.
Como a mí no se me escapa nada, entre las hojas del suelo pillo a dos babosas reproduciéndose, dejémoslas que sigan tranquilas y así dentro de poco nacerán más babositas gigantes.
Después del tronco del castaño y las babosas apareándose, seguimos por el camino y ya nos vamos dando cuenta que esto se está acabando, los árboles cada vez son más delgaditos.
Finalmente salimos al primer desvío que encontramos en la ruta, así que ahora solo nos queda seguir el camino hasta salir a la carretera y volver hasta el coche. Una ruta muy bonita, muy bien señalizada y sin dificultad física, apta para todos los públicos. Si tenéis la oportunidad, no la dejéis escapar.
FOTOS
DESNIVEL
MAPA
TRACK GPS
Distancia: 5 kilómetros
Desnivel: 90 metros
Duración: 2 horas 15 minutos
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