Empezamos las excursiones del 2024 con una ruta muy cerquita de casa, el 100 Cim - Montpalau.
Para llegar al punto de inicio, iremos hasta la población de Pineda de Mar. Cuando estemos en la N-II, al llegar a la altura de la Plaça del Rei, dejaremos la N-II para subir por la Carretera d'Hortsavinyà, por la que seguiremos hasta que pasemos el último edificio de todos, para girar hacia nuestra izquierda dirección Escola Hortizó / Taller Marpi / Mas Cànoves.
Luego subiremos y nos meteremos por la segunda entrada a nuestra
izquierda, para dejar el coche en una pequeña zona de tierra junto a
unas cañas.
Una vez que estemos preparados con la mochilas, botas ... empezaremos la ruta bajando por la carretera por la que hemos subido.
Tenemos unos postes de plásticos que separan la zona para peatones de la carretera, aún así, cuidado al ir por aquí.
Cuando lleguemos al final de este tramo de carretera, giraremos hacia la izquierda, mirando bien al pasar, que pasan coches y bicis, para continuar por la Carretera d'Hortsavinyà.
Una vez que estemos en la Carretera d'Hortsavinyà, veremos un cartel que nos indica que estamos en una vía compartida por peatones, ciclistas y vehículos a motor, así que toca ir metidos por el arcén.
Avanzamos unos metros, y a mano derecha veremos un poste con indicaciones para ir hasta el Aqüeducte romà de Can Cua.
Dejaremos el asfalto y subiremos por un tramo un poquito inclinado.
Y llegaremos al primer punto de interés de la ruta. A mano izquierda veremos un panel informativo, y lo que queda del acueducto romano.
Este acueducto está datado entre los siglos II y III dC. Se utilizó para salvar el desnivel del arroyo de Pineda y transportar el agua desde la zona de Can Bufí, hasta el lacus que se localizó en la villa romana de Can Roig. Aunque actualmente solo se conservan dos tramos de esta espectacular obra, el primero en la Font del Ferro y el segundo el que tenemos delante nuestro, el de Can Cua, del que se conservan cuatro arcos, y una parte del quinto. Se calcula que el acueducto tenía una distancia total de unos 3,5 kilómetros.
Dejamos el acueducto y volvemos a la carretera para continuar con la ruta, y poco antes de pasar por debajo de la C-32, a mano izquierda tenemos el segundo punto de interés de la ruta.
El Pont del Diable.
Se trata de un pequeño acueducto de un solo arco, que permitió salvar el desnivel del arroyo de Pineda para transportar el agua, mediante un canal, desde el molino de Can Bauveta hasta el molino de Castellar, Se construyó en el siglo XVII, y perdió su uso original en el siglo XIX.
Volvemos a la carretera, pasamos por debajo de la autopista C-32, y llegamos a la entrada del Parc del Montnegre i el Corredor, donde a mano izquierda hay una pequeña zona para aparcar unos pocos vehículos.
Pasamos junto a un panel informativo donde podemos ver toda la parte que abarca el Parc del Montnegre i el Corredor, y un poco más adelante vemos una zona delimitada con unas vallas de madera.
Se trata de los restos del molí de Can Marquès, del que actualmente ya no queda casi nada. Se desconoce la fecha exacta en que se construyó, pero según documentos escritos de la casa de Cabrera, se le nombra en el año 1505. Tampoco se sabe la fecha en la que dejó de ser funcional y su posterior abandono, aunque se calcula que fue hacia la segunda mitad del siglo XIX. Desde su abandono hasta su restauración en el año 2002, el molino sufrió una fuerte degradación, hundiéndose el techo, desmoronándose las paredes y la puerta de entrada, para finalmente ser engullido por la vegetación, ocultándolo por completo y declarándose en estado ruinoso.
Volvemos al camino, y por fin dejamos el asfalto para pisar tierra. Aquí tenemos un poste con diversas indicaciones de caminos a seguir, nosotros iremos rectos, siguiendo las marcas del SL-C 101 (verde y blanco).
Avanzamos un poco, y a mano derecha tenemos el forn de calç de can Marquès.
La cal era un elemento muy utilizado para la construcción y la agricultura. La materia prima para obtenerla era la piedra calcaria, pero también era necesario tener leña y agua en abundancia. Como esta zona tiene las tres cosas, de ahí su localización en este lugar. Además, es muy probable que la cal que producía abasteciera a can Marquès. Lo que vemos en la actualidad es lo que se pudo restaurar del horno original en el año 2009. Tenemos la base, los dos contrafuertes, que servían para fortalecer la construcción aliviándola de toda la carga que soportaba, y una pequeña parte de la estructura que había junto al horno, seguramente una pequeña construcción donde se guardaban los materiales para la cocción de la cal, y las herramientas que se utilizaban en la época.
Regresamos al camino, avanzamos unos metros y veremos a nuestra derecha un poste que nos señala un pequeño corriol que sube por nuestra izquierda, siguiendo el trazado del PR-C 146 y el SL-C 110.
Una pequeña subidita y salimos de nuevo al camino, si no tenemos ganas de subir por el corriol, y seguimos por la pista por donde íbamos, caminaremos un poco más y acabaremos saliendo aquí mismo.
Seguimos subiendo, ahora siempre por la pista ancha, y llegamos a un punto donde gira 90º hacia nuestra derecha. En el lado izquierdo del camino hay un poste del PR-C 146, sendero de Calella a Tordera, nosotros, dirección Pineda / Calella.
Subimos otro pequeño tramo, y veremos un poste, nosotros seguimos el trazado del PR-C y el SL-C. También hay dos indicadores de madera de la Ruta Horitzó, rojo y verde, otra ruta que pasa por este tramo.
Continuamos y llegaremos a un punto donde la tierra se vuelve de color casi negro, y el camino se bifurca, estaremos atentos a las señales pintadas del SL-C, y seguiremos por la derecha.
Tras una curva bastante cerrada, llegamos a una larga recta, aquí tendremos que estar bien atentos, ya que dejaremos la pista, para subir por un corriol que hay a la izquierda y adentrarnos en el bosque.
Este sendero por entre la vegetación, es bastante plano y muy chulo, está bastante limpio de vegetación, y cuando lleguemos a su parte final, tenemos un par de subidas bastante pronunciadas, luego el camino nos hace girar a la izquierda, saliendo a un claro.
Una vez en el claro, iremos hacia nuestra izquierda, y veremos que el camino se bifurca en cuanto llegamos a la vegetación, tendremos que subir por el corriol que hay a mano derecha, el de la izquierda no.
Mientras subamos, cuidado que hay un par de grandes agujeros, al pasar nosotros habían unos troncos que lo medio tapaban, pero ojito, no vayamos a caernos por accidente.
Cuando salimos del bosque, las vista a Pineda de Mar son una pasada.
Un último repechón, y llegamos a un muro, por el que tendremos que subir haciendo una pequeña grimpada por entre las piedras.
Unos metros más y llegamos a las ruinas del Castell de Montpalau.
El estado de conservación es nulo, prácticamente ruinoso. En el siglo IV a.C, en esta zona hubo un asentamiento íbero que continuó hasta la época de los romanos, posteriormente, las piedras de aquel asentamiento fueron las que se utilizaron en el siglo XI para la edificación del Castell de Montpalau. No se trataba de una castillo a modo de residencia o vivienda permanente, sino que su función fue la de fortaleza, y simbólica, a fin de intimidar a los campesinos y poder ser utilizada como punto de encuentro de los caballeros cuando tenían que realizar tareas de vigía. Se cree que para el siglo XV esta fortaleza ya estaba bastante dañada al haber sido abandonada muchos años atrás.
100 Cims - Montpalau.
Una última foto en lo que antaño fue la muralla del recinto superior del Castell de Montpalau, y empezamos a bajar.
Regresamos por el mismo camino que hemos hecho para subir, y cuando lleguemos al claro donde empezamos el tramo de subida, ahora giraremos hacia nuestra izquierda para bajar.
Veremos un camino ancho, y bastante limpio por el que bajaremos de forma suave y escalonada.
Al finalizar este camino, saldremos a una ancha pista de tierra. Justo a nuestra izquierda, casi tapado por completo por la vegetación, hay un poste, así que haciéndole caso, continuaremos dirección Pineda de Mar.
Llegamos al Coll dels Altars, donde el camino nos hace rodear una balsa anti incendios.
Pasada la balsa, tenemos un pequeño poste a nuestra derecha, y otro a nuestra izquierda. En este punto dejaremos la pista ancha en la que estamos, y bajaremos por el camino que hay a nuestra izquierda, siguiendo el trazado del SL-C 110, dirección Pineda de Mar.
Este camino es el Camí del Coll dels Altars, al principio la bajada es un poco pronunciada, pero luego la cosa se va suavizando poco a poco.
Antes de llegar al final del Camí del Coll dels Altars, veremos a nuestra izquierda la ermita de Sant Rafael.
Se trata de una pequeña ermita construida en el año 1908 por iniciativa privada. Actualmente, la ermita es de titularidad municipal, y su estado es verdaderamente lamentable, las paredes están pintadas, el techo medio derruído, el acceso a su interior es bastante peligroso, y de ahí que se tapiara la entrada con una chapa metálica. Además, el hecho de estar muy cerca del vertedero municipal, y que muchos jóvenes vienen a hacer botellón junto a la ermita, no ayuda mucho a su conservación.
Continuamos bajando y llegamos al vertedero municipal. Nosotros seguiremos rectos.
Como dato curioso y que nos llamó mucho la atención, es que justo enfrente del vertedero, y a la derecha del camino, hay un pequeño "jardín botánico", totalmente casero con unas cuantas plantas crasas y cactus, se trata de "El jardí del maño", bravo por él y su iniciativa de hacer este pequeño rinconcito verde.
Pasado el vertedero, se nos acaba el camino de tierra, y volvemos a pisar asfalto.
A nuestra izquierda, a lo lejos, el Montpalau.
Bajamos por la carretera dirección al tunel que hay justo debajo de la C-32.
Antes de llegar al túnel, veremos a nuestra izquierda un poste indicativo, con las letras casi borradas por completo por los rayos del sol. En cualquier caso, nosotros rectos dirección Pineda de Mar.
Para atravesar el túnel, iremos por la acera de su lado izquierdo, a fin de que los coches que vengan nos vean de cara.
Al salir del túnel, tenemos que continuar un pequeño tramo por la calzada de la carretera, siempre por nuestro lado izquierdo.
Y finalmente, llegamos al punto de inicio de esta ruta, y así la podemos dar por finalizada. Una ruta circular cortita, sencilla, y con muchos puntos de interés. La única pega que le encuentro, es que hay que ir bastante tramo por carretera, pero por lo demás, está muy chula.