Hoy nos acercamos nuevamente al Cantábrico para ver uno de los fenómenos geológicos más llamativos que encontraremos en el norte de la Península, el Flysch calcáreo de Sakoneta.
Para llegar, tenemos que dirigirnos hasta la Casa Rural Errota Berri. Nosotros fuimos por la AP-8 hasta la salida 54, continuamos por la N-634 durante 5,2 kilómetros, hasta que a nuestra izquierda vimos el cartel que señalizaba la casa rural y el Geoparkea Sakoneta. Una vez que dejamos la N-634, bajaremos por una estrecha carretera hasta que a mano izquierda veremos la zona habilitada para aparcar.
Una vez que dejamos el coche y nos preparamos, bajamos hasta llegar a la Casa Rural Errota Berri.
Pasada la casa, a mano derecha, tenemos un par de paneles informativos del PR-GI 5001 y del Biotipo protegido del tramo litoral Deba Zumaia.
A la derecha de una valla de madera, antes de entrar en un pequeño prado con mesas y bancos de madera, pasaremos por una puerta para evitar que se escape los animales que pastan en esta zona. Nosotros iremos dirección Sakoneta.
Primero pasaremos por unas campas extensas, luego entraremos en un bosque, y nos cruzaremos con caballos el libertad, así que si llevamos perros, hay que llevarlos atados para que no los molesten.
En cuanto salgamos del bosque, veremos una puerta metálica para evitar que se escapen los caballos. Así que después de pasar por ella, hay que asegurarse de dejarla bien cerrada.
Después de una suave bajadita, llegaremos a un cruce donde hay un poste.
Iremos hacia nuestra derecha, dirección Itxaspe.
Rodearemos otra campa cercada para el ganado, en esta ocasión está vacía.
El verde de esta zona es ... inigualable, un regalo para la vista.
El sendero por el que hemos ido, desemboca en otro camino, y justo delante nuestro, subiendo unos escalones de madera llegamos al mirador del Portutxiki.
En este mirador, hay un panel informativo en el que explican qué es el Flysch.
A nuestra derecha, Arantzako Portua ... espectacular.
Si somos un pelín osados, desde el mirador tenemos la opción de bajar hasta el Flysch. Apoyándonos en la piedra y ayudándonos con una cuerda, se puede bajar sin mucha dificultad.
Pasado el tramo de la cuerda, vamos a parar a un estrechito sendero que nos lleva directos al Flysch. Al terminar éste, hay que hacer un pequeño destrepe para bajar hasta el agua.
Si queremos bajar hasta el mar, hay que tener en cuenta las mareas, y procurar programar la visita en horas de bajamar. Os pongo el enlace donde podéis consultar cuando hay bajamar y pleamar. Mareas en Gipuzkoa
Otra cosa importante es el calzado que llevemos en esta salida. Estamos sobre un suelo calcáreo muy rasposo y puntiagudo, así que mejor llevar algo que tenga una buena suela, si no nos queremos clavar todo el Flysch en la planta de los pies.
El mirador de Portutxiki se ve diminuto desde aquí abajo.
Hay muchísimas zonas donde la bajamar ha dejado pequeñas charcas de agua, si nos detenemos un momento, podemos ver bastante vidilla: peces, pequeños moluscos, cangrejos ...
En el mar se fueron depositando capas y capas de sedimentos blandos (arenisca y arcilla) y duros (piedra caliza y pizarra) inteercaladas unas con otras. Cuando la Placa Ibérica y la Placa Europea colisionaron entre sí hace 50 millones de años, estas capas se levantaron y formaron estas impresionantes formaciones geológicas.
Las rasas mareales, formadas por la erosión del mar, son impresionantes.
Judit se acerca a este enorme libro, formados por capas blandas arenisca, intercaladas con capas duras. Debido a este intercalamiento de capas, los desprendimientos de piedras son muy comunes en el Flysch.
Después de pasar un buen rato en este primer Flysch, volvemos al mirador.
Volvemos al camino y ahora giraremos hacia nuestra derecha siguiendo las marcas del GR y PR que vemos pintadas en el tronco de un jovencito roble.
La ruta nos está encantando a todos. No presenta ninguna dificultad, y es ... ¡¡¡alucinante!!!
El camino nos lleva hasta un muro de piedras donde hay un pequeño banco. Desde aquí bajamos de nuevo a la rasa mareal del Flysch.
Como antes Judit y yo bajamos a la rasa mareal, ahora yo me quedo con Barbie y Maya, y las chicas serán las encargadas de investigar esta zona.
Hay bastantes algas en las piedras, así que cuidado no resbalemos. Entre los plieges, también podemos ver mucha vida.
Otro de los puntos más impresionantes del Flysch de Sakoneta, es la Sakonetako Punta, donde se puede apreciar perfectamente el efecto de la erosión, dejando al descubierto capas y más capas, una encima de otra.
El paisaje, parece de otro planeta.
Mires hacia donde mires, es una pasada.
Se puede ver perfectamente como se van levantando los diferentes plieges, inclinados hacia la costa.
El acantilado que deja la erosión es espectacular.
Un cangrejo que se asoma para la foto jejeje.
Poco antes de que empiecen las piedras más cortantes, yo me espero con Barbie y Maya, ellas estarían encatadas de ir a ojear el Flysch, pero sus patitas no acabarían muy bien, así que a mirarlo desde lejos.
Si no tenemos ganas de más aventuras, podemos dar la visita al Flysch de Sakoneta por terminada, pero ... si nos apetece un poquito de marcha, podemos seguir el trazado el GR y PR, y subir a lo más alto de una pequeña montañita, desde donde tendremos unas vistas privilegiadas.
Gemma no tiene muchas ganas de subidas, así que se queda con las peludas en la playa, mientras Judit y yo nos vamos.
A medida que vamos subiendo, las vistas al Flysch y la Sakonetako Punta son brutales.
La subidita tiene tela marinera, así que con la calma, que tampoco nos espera nadie arriba del todo.
El desnivel positivo de esta pequeña montañita es de 112 metros, poco, pero muy concentrado.
Justo al otro lado de donde hemos estado explorando, tenemos la Playa de Sakoneta.
Desde aquí arriba se observa perfectamente como la rasa mareal se adentra en el mar.
Y después de 600 metros de subida non stop, llegamos al punto más alto.
Hay un poste señalizando una ruta para btt, espero que no tengan que subir desde el Flysch jejeje.
Las vistas hacia el interior también son preciosas.
Aquí los dos "subidores".
Mientras bajamos, damos un último vistazo desde este punto tan privilegiado.
Después del esfuerzo de la subida, toca desayunar, y como no, Maya y Barbie, que están muertas de hambre se hacen las víctimas a ver si cae algo jejeje, vaya par de pedigüeñas.
Ahora toca regresar por el camino por donde vinimos.
La única diferencia, es que cuando lleguemos nuevamente a la campa donde está el mirador de Portutxiki, giraremos hacia nuestra derecha, y volveremos sobre nuestros pasos hasta llegar al coche. Una excursión sencilla, y con unas vistas impresionantes. Un lugar que debemos marcar como prioritario y casi obligatorio para visitar.
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