Después de visitar los Jardins de Juberri, como todavía es pronto y nos queda mucha tarde por delante, nos acercaremos a ver el Mirador del Toll Bullidor.
Para llegar al Mirador del Toll Bullidor, tenemos que ir hasta Encamp, y luego seguir por la CG-2 como si fuésemos al Santuari de Meritxell. Cuando lleguemos a la pequeña rotonda que nos lleva al Santuari de Meritxell, nosotros saldremos por la segunda salida: França / Canillo. Pasados unos 450 metros, a nuestra izquiera veremos unas casas, nos colocaremos en el carril izquierdo para atravesar la carretera e ir hacia el Camí del Prats. Luego pasamos por encima de un pequeño puente y bajando a nuestra derecha está la zona para aparcar.
Como son las 17:00 horas, y había sitio antes de bajar a la zona de aparcamiento, hemos dejado el coche a unos metros del inicio de la ruta.
Si esta parte está llena, siempre nos queda el parquing de más abajo, a unos 70 metros andando.
El inicio de la ruta es más que evidente. Un sendero estrechito que sube junto a la carretera.
A la izquierda del principio del camino, tenemos una fuente, la única que encontraremos en toda la ruta.
Gemma, después del resbalón y caida que tuvo Judit en los Jardins de Juberri, se pone las botas de montaña y se pilla los bastones de trekking, por si acaso jejeje. Como el suelo está bastante húmedo, al final Judit y yo también nos ponemos las botas de montaña, con una caída ya hemos tenido suficiente.
En cuanto giramos hacia nuestra izquierda para ir directos hacia el Mirador del Toll Bullidor, tenemos un panel informativo de la ruta. Un recorrido fácil de menos de un kilómetro, con poquito desnivel, y que se hace en media hora, si lo multiplicamos por dos, ida y vuelta, unos dos kilómetros con 100 metros de desnivel, a hacer en una hora, no está mal para completar la tarde
Nada más empezar tenemos una subidita un poco pronunciada, no llega ni a los 20 metros, creo que es el tramo con mayor inclinación de toda la ruta, así que una vez superado esto, a pasear plácidamente.
El camino está bien definido y sube muy suavemente, casi ni se nota.
A nuestra izquierda, al poco de empezar, podemos ver el Santuari de Meritxell.
Si tenemos ganas de parar a disfrutar de las vistas, tenemos un banco donde sentarnos al poco de empezar.
Llevamos unos 10 minutos caminando, y al mirar hacia atrás ya casi no alcanzamos a ver el inicio de la ruta, la vegetación lo empieza a tapar todo.
El camino se empieza a adentrar en una zona boscosa que lo cubre por completo y bajamos un poco. Un tramo con raices y piedras un poco resbaladizas por la humedad.
El camino va paralelo al Riu Valira d'Orient. Judit esperando a que bajemos.
Pasamos junto a un muro de piedras y el camino se despeja de vegetación, a la vez que vuelve a subir un poquito.
El camino vuelve a bajar; es un continuo sube-baja pero con poco desnivel.
A nuestra izquierda escuchamos el Riu Valira d'Orient, de vez en cuando la vegetación, muy frondosa, nos deja vez un pedacito de río.
De momento el camino es bastante ancho y nada complicado.
Tramos con subida y bajadas muy suaves. Los palos, más que ayudar ... estorban jejeje.
Pasamos por encima de un pequeño afluente que va a parar al Riu Valira d'Orient.
Volvemos a entrar en otro tramo totalmente cubierto por los árboles.
Como no nos cruzamos con nadie en toda la ruta, tanto de ida como de vuelta, nos podemos quitar las mascarillas para poder respirar aire fresco.
Ahora tenemos una bajada donde hay unos peldaños de madera que nos ayudan a salvar el desnivel.
Y después de una bajada, Ley de Murphy, una subida jejeje.
Al final va a resultar que los bastones van a ser algo útiles.
Cuidado con la subida jajajaja. Nada de qué preocuparse, son 10 metros de nada.
Luego hay una barrera de madera para ayudarnos a cruzar este tramo.
Seguimos bajando.
Más barreras de madera en los tramos donde la gente pudiera caerse.
Poco antes de llegar al final de la ruta, ésta desciende bastante.
Ahora nos encontraremos con barreras de madera, escalones y alguna que otra cadena para ayudarnos a bajar.
Aunque nos pueda parecer complicado, para nada, nosotros bajamos por el camino, sin tener que utilizar ninguna ayuda externa, supongo que estarán puestos porque es una ruta corta y sencilla, y debe venir gente de todas las edades.
No entiendo la finalidad pero bueno, primero se recogió el pelo Judit y ahora Gemma, ¿será una técnica nueva para bajar por la montaña? jajaja.
Lo dicho, los bastones son un estorbo, no hacen falta para nada.
Después del primer tramo con cadenas, un relax en el camino.
Y vuelta a las cadenas. Como podéis ver, se puede ir por el camino sin necesidad de tocar las cadenas.
Al final de esta bajada, unos escalones de madera para salvar tanta pendiente.
Venga va, los bastones han servido para algo, poquito pero para algo.
Dejamos la tierra y salimos a una plataforma de madera.
El acceso al Mirador del Toll Bullidor está limitado a 12 personas a causa del Covid, como no hay nadie, bajamos directos.
Tenemos unas cuantas escaleras hasta llegar abajo del todo.
Judit como siempre, la más rápida del grupo, es lo que tiene ser la más joven, aunque de vez en cuando se resbale y se manche los pantalones de barro jijijijii.
Gemma y yo bajamos con más cautela, la madera está un poco mojada y resbaladiza, así que agarraitos a la barandilla y poquito a poco, es lo que tiene ser los mayores del grupo, jajajajaja.
Miramos hacia arriba y ... va a ser que hay unos cuantos escalones, más de los que nos pensábamos.
Un pequeño poema en el Mirador del Toll Bullidor.
Y debajo nuestro, a unos 30 metros más o menos, tenemos el Toll Bullidor. Un precioso salto de agua en el Riu Valira d'Orient.
Selfie!!!
Estamos un buen rato disfrutando de las vistas, del ruido del agua del Toll Bullidor, de la tranquilidad del lugar y ... ¡a desandar lo andado!
Volvemos hacia el coche por el camino que hemos venido y ... colorín colorado, otra ruta corta que hemos terminado. Una pequeña excursión ideal para combinarla con alguna otra, o hacerla si pasamos por esta zona y tenemos una horita libre.
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