sergiofarre: COLADES BASÀLTIQUES, FONTS I VERLETS (Sant Joan Les Fonts

Hoy nos dirigimos a Sant Joan les Fonts (La Garrotxa), para hacer una excursión suave, entretenida y muy bonita.

Entraremos a Sant Joan les Fonts por la GI-522, y giraremos por el Carrer de Francesc Caula hasta que veamos una amplia zona de aparcamiento gratuito.

El parking es muy grande y no tendremos problemas para dejar el coche. Tal cual lo dejamos, una vez preparados, iremos hacia el lado opuesto por el que hemos entrado con el coche y bajaremos esa calle hacia la izquierda, la Avinguda Rafel Torras.

Al acabar la Avinguda Rafel Torras, giraremos hacia la derecha para continuar por el Carrer de Santa Magdalena dirección a la Ruta de les Tres Colades. De camino pasaremos por delante de la Font de Ca la Quima y la Font de Sant Sebastià.

Cruzamos el Pont Medieval. Tiene sus orígenes en el siglo XII, pero a consecuencia de unos terremotos del siglo XV, tuvo que ser reconstruido dejándolo en el estado actual. Como materia prima, se utilizaron piedras volcánicas de la zona. Durante la edad media se convirtió en un lugar de paso estratégico al unir las rutas comerciales de la Cerdanya, Bagà y Besalú.

Pasado el Pont Medieval, llegamos a una pequeña placita, y a nuestra izquierda podemos ver la Església de Sant Joan. La construcción data de finales del siglo XIX principios XX. Es un edificio emblemático para la población sanjuanense y, aunque no es de época medieval, podemos decir que se trata de una construcción neogótica o de influencia gótica. Destaca el uso de la piedra volcánica en sus muros.

A la derecha de la placita, la Oficina de Turisme.

Bajamos hacia la derecha por una rampa, y llegaremos hasta la presa que hay junto al Molí Fondo, una antigua fábrica de papel que se remonta al año 1723. En su interior podemos ver una exposición permanente sobre la historia de la fábrica. El Molí Fondo es un importante ejemplo del patrimonio industrial de la Garrotxa.

Si queremos, podemos bajar unas escaleras que nos llevan justo debajo del salto de agua que hay en la presa. Cuidado que el suelo es muy resbaladizo, Carlos puede dar fe de ello, fue su primera caída en la ruta. Desde aquí tenemos un lugar privilegiado desde donde podemos ver tres coladas de lava que se superponen la una a la otra, y que el río Fluvià ha dejado al descubierto gracias a su erosión.

Volvemos nuevamente a la placita y ahora subimos por unas escaleras que hay junto a la Església de Sant Joan.

Cuando vamos subiendo, las vistas al Fluvià, el Molí Fondo y el salto de agua de la presa son preciosas.

Al pasar la Església de Sant Joan, a nuestra izquierda, pasamos junto a l'Hort del Rector, donde hay un jardín aromático y un camino terapéutico, donde podemos caminar descalzos por encima de diferentes texturas, tales como piedras del río; troncos; grava volcánica o arena. Como hoy hace frío, casi que lo dejaremos para cuando venga el calor.

Ahora bajamos por unas rampas y al llegar al final, a mano derecha hay otras escaleras que nos bajan de nuevo hasta el Fluvià.

En este punto de la ruta, podemos ver las tres coladas de lava y como se formaron los túneles de lava y los blísteres: deformaciones en el terreno que se forman en el suelo a causa del exceso de lava.

Delante nuestro el Molí Fondo y una espectacular vista del salto de agua.

Subimos por las escaleras y salimos nuevamente al camino, seguimos rectos y ahora subiremos hacia la derecha dirección al Mirador Boscarró.

El Boscarró es un lugar situado encima de la tercera colada de lava, entre el rio Fluvià y la riera de Bianya, y dada su situación estratégica favoreció que se estableciara un poblado íbero entre los siglos IV y III a.C.

Damos una pequeña vuelta por todo el Boscarró.

Llegamos a los restos del poblado íbero. Solamente se conserva los restos de un muro.

Vamos hasta el final del Boscarró y bajamos por una rampa hasta el camino, y llegamos a la Pedrera del Boscarró. De aquí se estraían grandes bloques de basalto para la construcción y adoquines para las calles de las ciudades. Àngels y Gemma con Maya y Thor.

Continuamos caminando y a los pocos metros estamos en la zona conocida como Pedrera-Amfiteatre. Aquí podemos ver dos formas de solidificarse de la lava: en forma lenticular cuando está en movimiento, y en forma de columnas cuando está en reposo.

Dejamos la Pedrera-Amfiteatre detrás nuestro y vamos a parar nuevamente al camino, ahora continuaremos por la derecha, dirección Ruta de les Tres Colades / Cingles de Fontfreda.

El camino ahora va por la carretera, muy poco transitada. Pasamos junto a una masía que queda a nuestra derecha y la carretera sube un poquito. Justo en la derecha de la curva, hay un camino de tierra que baja dirección Font de Can Xervanda, será nuestro próximo punto de interés en la ruta.

Un cartel antes de empezar a bajar por este camino nos advierte que está prohibido recoger plantas (estamos dentro de un parque natural), así como salirnos del camino y pisar por fuera de su trazado.

Aquí el camino se bifurca, nosotros iremos por la bajada de la derecha dirección Font de Can Xervanda.

Como es una zona donde apenas toca el sol, la humedad provocada por la riera de Bianya hace que el camino de bajada sea un pelín resbaladizo.

Justo al final de la bajada la Font de Can Xervanda. Un lugar donde se juntaban los jóvenes de Sant Joan les Fonts para bañarse en verano.

Ahora caminaremos por un camino que hay junto a la riera. Cuidado que resbala bastante y con todas las hojas que hay a veces no se ve bien donde se pisa.

Una pequeña subidita al final del camino al lado de la riera y vamos a parar a unas maderas que impiden el paso del ganado. Las atravesamos y seguimos adelante.

Los dos pequeños titanes, Maya y Thor jejeje, vaya par.

El camino vuelve a ir junto a la riera de Bianya, si antes resbalaba un poco, ahora el doble, hay que ir con mucho cuidado, las rocas están húmedas y llenas de musgo.

Un pequeño giro hacia la izquierda y llegamos a los Cingles de Fontfreda.

Este lugar se caracteriza por las enormes columnas de basalto que se formaron al solidificarse la lava de una sola erupción.

Con todos ustedes ... yo jejejeje.

Y por fin llegamos al primer punto donde tenemos que cruzar la riera de Bianya. Es un tramo un pelín largo, de unos 150 metros, las piedras son bastantes grandotas como para poder pisar bien de una a otra, pero ... algunas tienen musgo y algas y resbalan bastante. Yo crucé varias veces y no tuve ningún percance, pero Carlos resbaló a mitad y se fue al agua de cabeza, lo peor de todo es que se hizo daño en el hombro, por suerte ya está recuperado, pero fue una putada del 15. El resto del grupo pasó sin problemas. Barbie y Capo se metieron en el agua y acabaron nadando, los dos titanes iban a brazos, pero por si acaso movian las patas como para nadar jejeje.

El primer tramo donde tenemos que cruzar la riera desde el otro lado.

Después cruzar la riera por primera vez, continuamos por el camino y llegamos al segundo punto donde hay que atravesarla, así que de nuevo voy primero para ver que tal, ningún problema, vuelvo a buscar a Barbie y paso con ella, la ato en un árbol y vuelvo a buscar a Capo y a Carlos y ... no hay dos sin tres, Carlos vuelve a resbalarse y de nuevo se cae en el río volviéndose a hacer daño en el mismo hombro (sin comentarios). Lo saco del agua lo llevo hasta la orilla y vuelvo a buscar a Àngles, Gemma y los dos titanes. Por suerte nadie más cayó al agua.

Una vez que cruzamos la riera de Bianya por segunda vez, continuamos por el camino hasta llegar a una pequeña represa, la dejamos a nuestra derecha y el trazado del camino nos obliga a subir por una rampa de cemento hasta salir a la carretera. Como Carlos va totalmente empapado de agua y con mucho dolor en el hombro, nos volvemos a Sant Joan les Fonts acortando la ruta que tenía preparada, ya volveremos otro día a ver si no se cae nadie al agua.

Al llegar a la carretera giraremos hacia la izquierda dirección Sant Joan les Fonts.

Subimos este pequeño tramo de carretera pasando junto a una masía.

Aprovechamos un lugar donde toca el solete para hacer una parada y desayunar. Los perros como siempre rodeando a Gemma a ver que les cae, son lo que no hay.

Después de la parada para desayunar, continuamos hasta llegar a un cruce, donde giraremos a la derecha dirección Font de Fontfreda.

Con el estómago lleno y el calorcito del sol las caras les han cambiado y hasta sonríen un poco jejeje.

Pasaremos junto a unas casas y el camino girará hacia la izquierda dirección Font de Fontfreda. Al principio es bastante estrecho y con algo de barro, luego ya va mejorando la cosa.

Llegamos a la Font de Fontfreda, donde durante dos décadas se celebró una merienda y baile de sardanas el último día de la fiesta mayor de Sant Joan les Fonts. Nosotros tenemos que volver a pasar por encima de unas enormes piedras para salvar un pequeño riachuelo y Carlos no se cae al agua ¡¡¡Menos mal!!!. Aquí los dos que cayeron fueron los chiwis, no calcularon bien el salto y acabaron remojándose jajajaja, menos mal que solo había un par de dedos de agua.

Ahora el camino va junto a este pequeño riachuelo hasta salir a la carretera, donde giraremos hacia la derecha dirección Font de la Rompuda.

A los pocos metros de ir por la carretera giraremos a la izquierda por el Itinerari Saludable.

Vamos un pequeño tramo entre las hierbas y pasamos por un puente de madera, aquí no se cayó nadie, ni humano ni canino jejeje.

A nuestra derecha el Estany, y unos metros más adelante la Font de la Rompuda, a la izquierda del camino.

Nos dirigimos nuevamente hacia la Església de Sant Joan y pasamos junto al río Fluvià y a un antiguo secadero de papel.

Llegamos al Pont Medieval y lo cruzamos nuevamente.

Si tenemos ganas de terminar la ruta, al pasar el puente giramos a la izquierda y volvemos al coche, si al contrario queremos caminar un poquito más, giramos a la derecha, pasamos por delante de Font de Cal Rei y podemos acercarnos a ver el Castell Medieval Estada Juvinyà, una construcción de los siglos XII - XIV, formada por dos partes: la torre defensiva, la parte más antigua y la casa del siglo XIV. Después volvemos por donde hemos venido y vamos hasta el coche dando por terminada esta excursión. Una ruta fácil y muy bonita. La única precaución que hemos de tener es al cruzar la riera de Bianya, por el resto, super recomendable para todas las edades.