Hoy abandonamos la zona norte y nos dirigimos al sur de Euskadi, iremos hasta Berganzo para hacer la Ruta del Agua del Río Inglares.
Para llegar, vamos hasta la población de Berganzo; antes de llegar al pueblo, hay una zona habilitada para que los turistas y visitantes aparquen, y así evitar colapsar el pueblo con los coches de las personas que no viven allí.
La zona habilitada para aparcar tiene una capacidad de 45 coches y 3 autobuses, al acercarse a la barrera, el lector lee la matrícula del coche y, si hay capacidad, se abre automáticamente; si está lleno ... tendremos que buscar un Plan B, si aparcamos en algún margen de la carretera o en el pueblo, al regresar al coche lo más probable es que tengamos una multa. Justo hoy, 30 de julio de 2021, cuando nosotros llegábamos estaban instalando la barrera de acceso. Según informa el Ayuntamiento de Zambrana, el acceso a este parking se deberá reservar online, pero por "obstáculos técnicos imprevistos", a fecha 28 de noviembre de 2021, publicación de esta entrada en el blog, todavía no se puede realizar la reserva online. En cualquier caso, mejor llamar al Ayuntamiento de Zambrana para preguntar como está el tema.
Dicho esto, con el coche bien aparcado, nos preparamos para la ruta que nos espera: serán 11 kilómetros con unos 220 metros de desnivel positivo acumulado en toda la ruta. Una vez equipados, vamos hacia el final del parking, donde tenemos un panel informativo al lado del inicio de la Ruta del Agua del Río Inglares.
Empezamos la ruta por un estrecho sendero paralelo a la carretera, por el que iremos unos 250 metros hasta llegar a la carretera A-3126. Luego cruzaremos la carretera y seguiremos las marcas blancas y azules hacia Berganzo.
Al dejar la carretera y dirigirnos hacia Berganzo, a mano derecha veremos una gran nave con un enorme mastín, muy poco amigable, que nos dió un buen susto, menos mal que la cosa no pasó de ahí. Luego el camino nos hará girar hacia la derecha para cruzar por un puente sobre el Río Inglares.
El camino está muy señalizado, hay muchísimas marcas blancas y azules, postes indicativos y varios paneles informativos por todo el pueblo, vamos, que perderse aquí es bastante improbable.
A pesar que desde el 26 de junio de 2021 ya no es obligatorio el uso de mascarilla en el exterior, salvo las excepciones que contempla el RD-Ley 13/2021, nosotros, por respeto hacia los habitantes de Berganzo, mientras atravesamos el nucleo urbano, las llevamos puestas.
El itinerario nos lleva por la Yuso Kalea hasta las últimas casas de Berganzo, donde dejaremos el asfalto para continuar por un camino de tierra que empieza ascendiendo en una curva hacia la derecha.
Al empezar este camino, tenemos varios postes indicativos y un enorme panel informativo, nosotros iremos dirección GR-1 Peñacerrada / Ruta del Agua.
Pasamos junto a un caserío con un interminable terreno.
Continuamos por el camino durante 1,1 kilómetros siguiendo las marcas azules y blancas, y llegaremos a un desvío donde tendremos que continuar por la izquierda.
Ahora toca una suave y agradable bajadita entre un bosque de Buxux sempervirens o Boj común.
Pasamos por un pequeño y rudimentario primer puente.
De nuevo, nos alejamos del Río Inglares y el camino va por en medio del bosque. A unos 100 metros del primer puente, a nuestra derecha, escondida entre la vegetación, podemos ver una fuente de agua que sale de la montaña.
Continuamos hacia adelante siguiendo las marcas blancas y azules, pasamos por un segundo puente, mucho más pequeño que el primero y el camino vuelve a bajar hasta llevarnos a una casa abandonada recubierta por conchas marinas.
Ahora el camino va yendo hacia la izquierda, acercándose de vez en cuando al Río Inglares, que podremos ir viendo. Pasaremos junto a un puente QUE NO SE DEBE CRUZAR, su mal estado de conservación y dos enormes conos ya nos lo advierten.
Avanzamos y nos desviamos un poco hacia la derecha para salir a una gran campa, una vez que la pasemos nos podremos acercar de vez en cuando al cauce del río para poder ver su belleza.
El trazado vuelve a aproximarse al Río Inglares y vemos un cartel que indica "Pozas" a nuestra izquierda.
Dejamos el camino, nos metemos de cabeza en el senderito hacia las pozas y ... una pasada.
Ese color azul tan característico ya lo había visto antes en el Nacedero del Urederra.
A la pregunta de ¿a qué se debe ese color azul-turquesa del agua tan característico?, la respuesta nos puede parecer complicada pero es muy simple: el agua
absorbe con mayor facilidad las longitudes de onda larga (rojo, naranja y
amarillo) que las longitudes de onda corta (azul, violeta). Éstas
rebotan y son captadas por nuestro ojo, dando así origen al fenómeno
óptico de ver al agua de color azul-turquesa
Dejamos por un momento las primeras pozas, volvemos al camino y pasamos a ver las siguientes.
Hay alguna poza que tiene algún que otro destrepe un pelín complicadete, pero si nos vamos ayudando con las raíces que sobresalen de la tierra, podemos verlas y bajar hasta ellas sin problemas.
A diferencia del Nacedero del Urederra, este sitio en mucho más "salvaje" y menos explotado, de ahí que nos podamos acercar tanto a las pozas, y supongo que también nos podríamos bañar en ellas, no ví en ningún sitio cartel alguno que lo prohibiera, pero el bañador se quedó en Delika ... oooooh que pena.
Ese color es ... hechizante.
La última poza que veremos, es la más grande y quizás la más espectacular de todas, así que a disfrutarla bien, que esta parte tan chula de la ruta ya se acaba.
Volvemos al camino y después de una pequeña subida, salimos a la carretera, que tendremos que cruzar.
Una vez hemos pasado al otro lado, giraremos hacia la derecha siguiendo las marcas blancas y azules.
Llegaremos a un cruce de caminos donde un poste super guarreado por algún vándalo, nos señaliza el camino a seguir.
Tenemos que hacer un giro para seguir por un camino que sube a nuestra izquierda.
Luego nos desviaremos un poquito hacia nuestra derecha, buscando el río, y llegaremos a la Cascada de las Herrerías, también se la conoce como Cascada del Río Jugalez (más comunmente llamado Río Inglares).
A la izquierda de la cascada, una pequeña cueva a la que podemos entrar si llevamos buena iluminación, Judit se la miró, asomó la cabeza, pero no le convenció y decidió ir a por la cascada.
Si vamos con cuidado podemos pisar sobre las piedras que hay en el río y acercarnos a los pies de la cascada.
Desde lejos se ve muy bien, pero de cerca, es brutal, qué lástima que baje justita de agua, después de lluvias fuertes tiene que ser una pasada.
Tras ver la cascada, regresamos al camino y ahora toca un tramo de subida.
Son unos 200 metros de subida, con algún punto en el que tengamos que forzar un pelín los gemelos y nuestros cuádriceps, pero nada del otro mundo.
Al terminar la subida, salimos a un canal de agua. Este canal abastece de agua a la central hidroeléctrica de Berganzo, fue construido en 1897 por la
Sociedad Electro Hidráulica Alavesa con el único fin de abastecer el
complejo energético que encontramos junto al pueblo.
Una vez en el canal, el camino es totalmente plano, y por lo general ancho, salvo algunas excepciones. Cuando llevemos más o menos un kilómetro de paseo por el canal, llegaremos a un punto donde el canal atraviesa la montaña, y el camino sigue por la izquierda. Tendremos que hacer una pequeña grimpada y desgrimpada para superar este punto, lo puede hacer todo el mundo, hasta los más pequeñajos, siempre que les ayudemos un poquitín.
Pasado este punto, el canal vuelve a convertirse en una "autopista". Sus aguas son totalmente cristalinas y si nos fijamos podremos ver bastantes peces.
A 1,2 kilómetros del punto donde tuvimos que hacer la grimpada / desgrimpada, el camino se estrecha bastante, pero tenemos una barandilla metálica a nuestra izquierda para que el paso por aquí sea más seguro.
Después de caminar 4,1 kilómetros desde que empezamos el canal, llegamos a su final.
La compuerta que vemos, abastece de agua a los campos cercanos, una cadena impide que la gente la toquetee y pueda liarla parda.
200 metros después de la compuerta / final del canal, veremos una señal de la "Ruta del Agua", ahora tendremos que ir bajando hacia nuestra izquierda para llegar a Berganzo.
El camino de bajada está en general en buen estado, y tenemos algún que otro tramo con sombra, pero lo normal será ir a pleno sol, o sea que protección solar y gorra en la cabeza.
De vez en cuando, entre la vegetación tenemos algún que otro punto desde donde podemos ver todo Berganzo.
Pasaremos por algún tramo totalmente pedregoso, así que ojito con el calzado que llevemos.
Cuando ya estamos a punto de llegar a las primeras casas de Berganzo, el camino hace un brusco giro hacia la izquierda y se vuelve casi plano, nos queda algún que otro pequeño repechón de bajada.
Finalmente, después de casi un kilómetro de bajada desde que vimos la señal de la "Ruta del Agua" después de la compuerta del canal, llegamos a la carretera, donde giraremos hacia nuestra derecha para seguir las marcas blancas y azules.
La primera edificación que veremos a nuestra izquierda, es la Casa de la Villa. Fue construida en el año 1858, la diseñó Miguel Uriondo, y la ejecutó Marcos Gil. Consta de planta baja donde se ubicaba la
cárcel, piso principal con la escuela de instrucción primaria y segundo
piso con la sala del Ayuntamiento y las habitaciones para el secretario y
el maestro. Actualmente es la sede de la Junta Administrativa de Berganzo.
La fuente-lavadero que hay delante de la Casa de la Villa, se construyó en 1861 por el mismo maestro de obras y
rematante que la casa concejo. La fuente en su trazado original constaba
de dos caños, hoy en día son seis.
Seguimos las marcas blancas y azules para regresar por el mismo camino que hicimos al atravesar Berganzo a la ida, así que cuidadín con el mastín que hay en la nave industrial de las afueras, luego cruzaremos por última vez la carretera, y tomaremos el sendero que nos conducirá hasta el parking. Una excursión muy bonita: el río, las pozas, el canal de agua, la cascada de las Herrerías, las vistas ... no podemos dejarla escapar si tenemos la ocasión. En cuanto a dificultad, no veo que sea una ruta complicada, técnica, ni nada por el estilo, yo la calificaría como apta para todo el mundo, teniendo en cuenta que vamos a caminar 11 kilómetros, y estando atentos a los peques, cuando vamos junto al río o al canal. Las subidas y las bajadas, se pueden hacer chino chano sin ningún problema.
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