Terminamos el mes de enero con otro 100 Cim: La Mola (Bonastre - Baix Penedès).
Para llegar al punto de inicio, tenemos que ir hacia la localidad de Bonastre (Tarragona). Nosotros vinimos por la AP-7 y tomamos la salida 32 dirección El Vendrell / N-340 / Comarruga. Al salir de la autopista, se llega a una enorme rotonda donde fuimos por la primera salida dirección N-340 / Torredembarra / Tarragona. Luego continuamos por la N-340 durante 12,7 kilómetros hasta llegar a una rotonda donde salimos dirección TV-2041 / Roda de Barà / Bonastre. Seguimos por la TV-2041 hacia Bonastre y, poco antes de llegar, nos desviamos hacia nuestra izquierda para ir a La Font de la Gavatxa. Ahora tenemos que ir por la Avinguda de la Capella durante 800 metros hasta llegar a una intersección donde hay unos containers verdes. Aquí giraremos hacia nuestra izquierda para seguir por la segunda calle que hay durante unos 750 metros. Los últimos 450 metros son por pista de tierra, no está en perfecto estado, pero con cuidadito se sube sin problemas.
Dejamos el coche bien aparcado en un lado del camino y nos preparamos para iniciar la ruta. Se trata de un recorrido circular en sentido horario, de unos 7 kilómetros con unos 260 metros de desnivel positivo en toda la ruta.
Empezamos subiendo por el GR®-92 y pasamos junto a una bifurcación, donde seguiremos por nuestra derecha, en el GR.
Un poste indicativo nos comunica que estamos en el GR-92, el Sendero del Mediterráneo. Se trata de un Gran Recorrido de 583 kilómetros que va por todo el litoral mediterráneo de la Península Ibérica, desde Catalunya hasta Andalucía.
Subimos un poquito más y llegamos a un poste situado en una curva. Aquí dejaremos esta pista principal y continuaremos por nuestra izquierda, por el GR®-92e / E-12 / Camí Nou de Bonastre, dirección La Pobla de Montornès, Roda de Berà, Creixell.
El camino a partir de ahora es todo bajada entre un pinar. Por suerte, no vemos ningún nido de procesionaria, muy peligrosa para los perretes.
Después de 1,2 kilómetros por este sendero, desde que empezamos a ir por él, nos cruzamos con una ancha pista de tierra, es el Camí Nou de Mas Gibert. Aquí gireremos hacia nuestra derecha.
A los pocos metros, llegaremos a un cruce donde continuaremos rectos.
En la derecha de ese cruce, tenemos una Cabana de Pedra Seca muy bien conservada.
Yo subo con Barbie a dar un vistazo y Gemma se queda con los titanes junto al camino.
Avanzamos por el Camí de Mas Gibert, y a unos 200 metros de la primera Cabana de Pedra Seca, nos volvemos a encontrar otra. En esta ocasión su estado de coservación es casi perfecto. A diferencia de la primera, ésta conserva el techo.
Seguimos y, a menos de 100 metros de la segunda Cabana de Pedra, a nuestra izquierda, veremos un pozo. Está tapado y tiene una puertecita de madera. Si le damos un vistazo, muy importante, cerrar de nuevo la puerta para evitar que algún animal pueda caer en su interior y morir ahogado.
Nuevamente el camino nos lleva hasta otro cruce. Aquí continuaremos por nuestra derecha. Si fuésemos por la izquierda, iríamos a las ruinas de Mas Gibert, que están en bastante mal estado.
Al inicio del sendero que tomaremos a nuestra derecha, hay un poste indicando La Mola, así que vamos por buen camino.
Caminamos 300 metros por un estrecho sendero entre los pinos, y llegamos a una tercera Cabana de Pedra Seca. Es la más grande y mejor conservada de todo el camino. En su interior hay un pesebre y una silla. Delante tenemos una mesa con bancos de madera donde nos podemos sentar y tomarnos algo si nos apetece.
Continuamos y poco antes de salir de esta zona de bosque, vemos unos pinos atravesados en el camino, víctimas de la terrible borrasca Gloria a principios del año 2020.
Salimos a la zona del Comellar Gran y el bosque desaparece por completo, a partir de ahora la vegetación se limitará a pequeños arbustos, ya que es una zona muy castigada por el viento y la vegetación no acaba de arraigar.
De momento la ruta es fácil de seguir y sencillita, sin ninguna dificultad.
Empezamos a subir suavemente.
Poquito a poco, y sin mucho esfuerzo, llegamos a la carena, donde pasamos junto a un rústico cartel que nos indica la dirección hacia La Mola, y que estamos a 260 metros de altura, o sea que todavía nos quedan 57 metros de desnivel positivo.
Gemma con el par de titanes.
A unos 100 metros del cartel que vimos antes, pasaremos junto a una cruz de hierro.
Dejamos por un momento la carena y empezamos a descender suavemente para llegar a una cuarta Cabana de Pedra Seca, en perfecto estado de conservación.
Pasada la cabana de pedra seca, a nuestra derecha veremos el Pou del Missenguet. Mucho cuidado en este punto, ya que solamente lo protegen unos pocos troncos, y si nos descuidamos, podríamos tener un buen susto.
Pasado el pozo, toca otro tramo de subida.
A 200 metros del Pou del Missenguet, a nuestra derecha veremos una ¿columna?, no sé muy bien como definirla, así que ... una columna jejeje.
A escasos metros de la columna, nos cruzamos con otro camino, y giraremos hacia nuestra derecha para afrontar los últimos metros de subida de la ruta hasta llegar a La Mola. Si queremos ver otra Cabana de Pedra Seca, podemos seguir rectos durente unos 100 metros, y luego regresaríamos hasta aquí para subir.
Gemma acabando este último tramo de subida. Desde aquí se puede ver el cruce, con la otra Cabana de Pedra Seca.
Hemos dejado a los chiwis sueltos durante un rato, pero justo entonces hemos visto un par de águilas perdiceras rondando por el lugar, así que ... por precaución, volvemos a atar a los titanes.
Ahora que ya hemos finalizado esta suave subida, vamos girando lentamente hacia nuestra izquierda y llegamos a La Mola (318 metros). En el Cim había bastante gente, y estuvimos conversando un buen rato con un chico francés muy amable. Si alguna vez lees estas líneas ¡¡un saludo!!
Aunque La Mola no sea uno de los Cims más altos de Catalunya, resulta ser el sostre comarcal del Tarragonès, el punto más alto de esta comarca.
En La Mola hay un poste donde tenemos varias indicaciones, nosotros iremos dirección Bonastre. El camino está bien marcado entre la vegetación, y empezaremos a bajar de forma muy suave. Llegaremos a un cruce por donde a nuestra derecha se llega al Mas del Tros del Boter, nosotros continuaremos rectos haciendo caso a la flecha azul que hay en un poste que podemos ver en el mismo cruce.
Aunque este tramo de bajada sea sencillito, mucho cuidado con el terreno, ya que hay mucha piedrecilla suelta y podemos acabar con las posaderas en el suelo, cosa que me pasó a mí. Aquí Gemma riéndose a mi costa después de aterrizar de culo jajaja.
Ahora el camino se volverá mucho más ancho, y con signos evidentes que pasan vehículos a motor, supongo que para llegar al Mas del Tros del Boter. Avanzamos y giraremos hacia nuestra derecha hasta llegar a otro cruce de caminos. Aquí seguiremos rectos dirección Ruta de Bonestresc.
Seguiremos bajando y a nuestra derecha veremos un montón de colmenas de abejas, hay un cartel que nos lo avisa. Aunque quedan un poco alejadas del camino, conviene no pararse mucho en esta parte de la ruta, así que aceleramos un poquitín el paso y dejamos a estos preciados insectos detrás nuestro.
A unos 600 metros de las abejas, el camino llega a otro cruce. Nosotros iremos hacia nuestra izquierda haciendo caso a las flechas roja (Ruta Bonestresc) y azul (Ruta La Mola) que hay en un pequeño poste de madera.
Avanzamos y a escasos metros de la última curva, otro cruce. Aquí giraremos hacia nuestra derecha para seguir dirección Ruta Bonastresc / Bonastres per la Urb. Font de la Gavatxa.
A la derecha del camino, podremos ver el Jardín de Cactus de Antonio Díaz. Antonio Díaz nació en Argentona y dedicó su vida a la informática. Al jubilarse vino a vivir a Bonastre y se compró este pequeño trozo de tierra donde creó este maravilloso Jardín de Cactus. Desgraciadamente, falleció en noviembre de 2019 y ahora, este fantástico jardín al que le dedicó casi 20 años de su vida, se encuentra cerrado.
Si nos asomamos, podemos ver un poquito de este jardín. Además de los cactus, la geología y la cerámica eran otras de sus aficiones.
Este jardín cuenta con cerca de 2.000 especies diferentes de cactus, y
por suerte, hay una iniciativa de un grupo de vecinos que ha activado
una plataforma «para encontrar alguna
manera de que pueda conservarse». Porque destacan que es un símbolo para
el municipio. Una de las prioridades pasa por preservar la zona ya que
es muy accesible.
Dejamos el Jardín de Cactus y volviendo al camino, pasamos junto a un enorme monolito. Aquí giraremos hacia la derecha.
Nada más girar, veremos que hay dos caminos, nosotros iremos por el que está más a la izquierda, el que está junto a los pinos.
De bajada, un enorme pino caído obstaculiza el camino, así que lo rodeamos por la derecha.
Ahora iremos a parar a otra pista que se cruza con el camino por el que estamos bajando. Giraremos hacia nuestra derecha para seguir bajando por ella.
Esta pista nos conduce a una bifurcación. Tomaremos el camino que hay a la izquierda.
Continuamos caminando por una ancha pista de tierra entre el bosque, y después de una pequeña cuestecita vamos a parar a una curva hacia nuestra derecha, donde justo enfrente aparece otro camino. Dejaremos la pista y seguiremos por ese camino.
Continuamos bajando. Gemma con Thor y Maya. Este par de enanos no se cansan nunca, eso sí, cuando suben al coche, ya no hay perro hasta el día siguiente, igual que Barbie jejeje.
Nuevamente el camino se bifurca. Aquí dejaremos de bajar por la pista ancha y continuaremos por el sendero que hay a la izquierda.
Este tramo está bastante estropeado y tiene un poquitín de vegetación, pero aún así, se puede bajar bien.
Al terminar este tramo, volvemos a cruzarnos con otra pista, aquí giraremos hacia la derecha.
Y en pocos metros, llegaremos al coche. Una ruta sencilla, con muy poca dificultad y exigencia física. Lo único que puede resultarnos un pelín complicado es la parte final, una vez que pasamos por el Jardín de Cactus, pero si estamos atentos a las indicaciones, no deberíamos tener ningún problema.
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