05 agosto 2020

OLLA DE SAN VICENTE (Cangas de Onís - Concejo de Cangas de Onís - Asturias)


Hoy es nuestro último día en la zona oriental de Asturias, en estos tres días hemos visto el Camín Encantau, Cangas de Onís, los Lagos de Covadonga, Ribadesella y Cabrales, así esta mañana nos despedimos de esta zona visitando la Olla de San Vicente.


Para llegar al punto donde aparcaremos el coche, tenemos que ir hasta Mirayes. Desde Cangas de Onís, seguimos por la N-625 durante unos 6 kilómetros aproximadamente, y justo después de pasar el Río Dobra, a pocos metros del punto kilométroco 149, a mano derecha hay una curva con bastante espacio para aparcar.

Aparcamos el coche en el espacio que hay junto a la curva. Si no somos muy madrugadores, puede ser probable que encontremos esta zona para aparcar llena, más adelante hay otro punto donde podemos aparcar.

Vamos por un camino que hay junto a la carretera.

Cruzamos con cuidado el puente que va por encima del Río Dobra, aquí mucha precaución ya que no hay camino y tenemos que pasar por la carretera.


Cuando lleguemos al restaurante Puente Dobra, cruzamos la carretera y vamos por el camino que hay a su derecha.


El inicio de la Senda del Río Dobra está justo al pasar el aparcamiento del restaurante.


Como es una ruta muy transitada y hay otros excursionistas tanto delante como detrás, nos ponemos las mascarillas.


A unos 300 metros del inicio de la senda, pasamos junto al Puente del Río Dobra.


No se sabe con exactitud cuando fue construido, pero por su estilo, material y forma, se cree que es de la época medieval.


Aprovechamos que los otros excursionistas están un poco más alejados para mostrar los rostros en la foto.


Bajamos hasta la orilla y vemos las cristalinas aguas del Río Dobra.


Son las 9:15 y todavía hace un poco de fresquete.


En uno de los márgenes del camino vemos una babosa gigantesca.


Seguimos caminando con una subida muy suave, y pasamos junto a lo que parece una cabaña de pastor, la Escosura.


Pasada esta cabaña de pastor, el camino gira hacia la izquierda y empiezan a tocar los rayos de sol.


Se nota que no hoy ninguna fábrica o población por encima del Río Dobra, sus aguas son totalmente transparentes.


Giramos hacia la derecha, una pequeña subida y llegamos a otra casa de piedra, Martínalgo, muchísimo más grande que la Escosura.


A ambos lados del camino hay campos en los que pastan las ovejas.


Se nota que el sol ha salido y la temperatura empieza a subir un poco, Judit y Gemma ya se han quitado el polar jejeje.


Otro cartel nos recuerda las normas a seguir en esta ruta. Hasta aquí el camino era una carretera de tierra pero a partir de este punto el camino se convierte en una pequeña senda que va paralela al río Dobra.


Barbie refrescándose las patitas, a la que ha visto una pequeña "playita" para llegar al agua ha ido directa.


El agua está totalmente transparente. Podemos ver las plantas, las algas, las piedras del fondo...


La ruta se empieza a poner divertida: pequeñas y contínuas grimpadas y desgrimpadas.


La senda tiene tramos muy estrechos que pasan muy cerca del río.


Un tramo rocoso que Barbie supera sin problemas.


La senda gira un poco hacia la izquierda y pasamos por debajo de un saliente. Justo al lado, hay una pequeña cueva.


Gemma y Judit acabando de pasar este tramo rocoso.


Otro punto al que podemos bajar al río Dobra.


Aquí han puesto un poco de hormigón en el camino para que se pueda pasar mejor.


Continuamos nuestra ruta por una zona bastante abrupta.


Otra pequeña playita por la que podemos avanzar en lugar de ir por el camino.


Cuando la playita se acaba toca volver al camino.


Parece que el camino mejora.


Llegamos a un punto donde hay unas piscinas naturales.


Volvemos con las piedras, menos mal que vamos con las botas. De vuelta, nos cruzamos con muchísima gente que iba con sandalias y seguro que notaron cada uno de los salientes de las piedras.


Más piscinas donde bañarte.


Llegamos a la parte final de la senda junto al río.


Cuanto más avanzamos, más vegetacaión hay entre nosotros y el agua.


A Judit le encanta la ruta, a Gemma no tanto, ella se pensaba que todo el camino sería como al principio...


Parece increible que con toda la gente que viene a este lugar aún se mantenga tan limpio.


Otro tramo de playita para refrescarse.


Y ahora sí llegamos al final del camino, solo nos quedan 300 metros para llegar a la Olla de San Vicente.


La Olla de San Vicente. Un precioso lugar para relajarse y bañarse.


A la izquierda de la Olla de San Vicente, hay un caminito que nos lleva hasta su parte alta.


Una vez arriba, bajamos una pequeña cuesta.


Y accedemos a una espectacular piscinita de aguas cristalinas.


El tramo del río que llega hasta la piscina también es espectacular.


Esto se está empezando a llenar de gente.


La cuesta que tenemos que bajar para acceder a la piscinita.


Como llevo a Barbie, yo me he esperado arriba. Judit fue la que bajó e hizo las fotos.


Un último vistazo a la Olla de San Vicente, y regresamos por el mismo camino que hemos venido. Al regreso nos cruzamos con muchísima gente, por lo menos unas 200 personas o más. En el tramo de la senda junto al río fue un poco agobiante en algunos puntos ya que solo podía pasar una persona a la vez. Una ruta lineal fácil con unas preciosas vistas al río Dobra y la Olla de San Vicente como guinda del pastel.





             

           FOTOS                            DESNIVEL                             MAPA                           TRACK GPS


Distancia: 8 kilómetros 500 metros
Desnivel: 100 metros
Duración: 2 horas 20 minutos


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