Hoy por la mañana, aprovechando que Gemma teletrabaja y yo tengo uno de mis últimos días festivos de enero, me iré a Taradell para subir hasta L'Enclusa, otro 100 Cims de la FEEC.
Para llegar al punto de inicio de la ruta, nos acercaremos a la Collada de Mansa. Iremos hasta la población de Taradell, y luego continuaremos por la B-520, la carretera que va de Taradell a Arbúcies / Viladrau. Una vez pasemos el punto kilométrico 10, a nuestra derecha veremos nuestro destino.
Después de tres kilómetros por una carretera estrecha y llenita de curvas, llegamos a la Collada de la Mansa, donde tenemos muchísimo sitio para dejar el coche. Yo lo dejé en el lado derecho, justo al inicio de la ruta.
Junto al quitamiedos de la carretera, hay un poste, en el que podemos ver la dirección para ir al Castell de Taradell / Sender de Taradell PR®C-42, así que bajaremos por este camino.
La temperatura no acompaña mucho, estamos a -7º, así que toca abrigarse bien.
Este primer tramo de la ruta es bajada, y hay que ir con cuidado porque el suelo está congelado y es un poco resbaladizo.
El camino nos lleva a un cruce de caminos donde tenemos un enorme panel informativo del Sender de Taradell. Si nos fijamos, las marcas pintadas del PR®C-42, nos indican que tenemos que girar hacia la izquierda.
Continuamos y ahora el camino se vuelve más plano. En los troncos podemos ver las marcas de confirmación del PR.
Atravesamos el Torrent de Mansa, que está totalmente seco, y el camino nos hace girar hacia nuestra derecha, empezamos a subir suavemente. Mientras avanzamos, de vez en cuando pasamos por algún punto donde llegan los rayos del sol, y la verdad es que se agradece bastante.
Subimos y llegamos a un claro. En este punto dejaremos de ir por el PR®C-42 y seguiremos por nuestra derecha, dirección Castell de Taradell / Castell de Can Boix. Como hay unas formaciones rocosas muy chulas, merece la pena perderse un poquito en este punto durante unos minutos para disfrutar de ellas.
Ya de vuelta en la ruta, continuamos dirección Castell de Taradell / Castell de Can Boix, por un sendero perfectamente definido.
Unos 200 metros más adelante, llegamos al Castell de Taradell / Castell de Can Boix.
El camino nos hace rodear este enorme gigante de piedra por su derecha, y luego, tras una corta subidita llegamos a su entrada, donde hay un enorme monolito con una placa conmemorando el Onzè Centenari del Castell de Taradell (893-1993).
Al Castell de Taredell, también se le conoce como Castell de Can Boix. Este pequeño castillo fue concebido con funciones de defensa y vigilancia, y
en su interior nunca vivieron los señores de Taradell, sólo un destacamento de
soldados. Su construcción, sobre una gran piedra, lo hace muy característico. Actualmente solo quedan restos de la antigua capilla de Santa Cruz (siglo X-XI), y un gran muro de unos setenta metros (siglo XIV).
La primera documentación de la existencia de este castillo es del año 893 en el Cartulario de la Catedral de Vic. A
partir del siglo XVI, perdió todo valor estratégico cuando se construyó
la «Torre de la Plaza» (1550) en la villa de Taradell. Debido a ello se
fue abandonando y durante una parte del siglo XVI consta como una
granja. Del siglo XVII en adelante ya estaba en ruinas y abandonado.
En la plaza que precede al Castell de Taredell podemos ver una enorme cruz y una rosa de los vientos en memoria a Joan Montañà.
Ahora continuamos por el camino, y después de un corto tramo donde tendremos que hacer un par de desgrimpadas sencillitas, éste se vuelve ancho y con un descenso suave.
Al acercarnos al Mas Grau, pasaremos junto a una puerta metálica, y el camino girará en una curva hacia nuestra derecha. Cruzaremos el Torrent de Mansa, que está prácticamente congelado, y nuevamente giraremos hacia nuestra derecha.
Ahora el camino es muy ancho, y a nuestra izquierda hay una valla con corriente eléctrica para evitar que se escapen los animales, así que mucho cuidado con tocarla.
De pronto, el camino se estrechará, subiremos un corto tramo de unos 10 metros, y saldremos al lado del Pantà de Taradell que, debido a las bajas temperaturas que tenemos, está totalmente congelado.
Avanzamos y llegaremos a la Associació Hípica Mansa, donde rodearemos sus campos yendo hacia nuestra derecha.
El camino está perfectamente definido, a la derecha de las vallas electrificadas para evitar que se escapen los caballos.
Todo está totalmente cubierto de hielo y congelado.
En los sitios donde llegan los rayos solares se acumulan los caballos de Mansa.
Al llegar a la parte final de los campos, giraremos hacia nuestra izquierda.
Subimos un poquito y pasamos junto a la entrada de Mansa.
Avanzamos y salimos a la B-520, donde giraremos hacia la izquierda. Es un corto tramo por el que tendremos que ir por la carretera, así que bien pegaditos al quitamiedos de nuestro lado izquierdo.
Después de unos 300 metros, a nuestra derecha veremos que hay un camino con un cable de acero para que no pasen los coches. Con mucha precaución, cruzaremos la carretera y seguiremos por ese camino. A los pocos metros, pasaremos al lado de una zona donde hay abejas, un enorme cartel amarillo nos lo avisa, pero con el frío que hace esta mañana, las pobrecillas no han salido a recolectar polen.
Continuamos subiendo por el camino y llegamos a una curva donde, después de quitar el cable eléctrico y volver a colocarlo en su sitio, continuaremos en suave ascenso por nuestra derecha.
Aunque la temperatura sigue sendo muy baja, después de esta última subidita he conseguido entrar en calor, así que a quitarse ropa de abrigo.
Seguimos por el camino con el Bosc de Baga a nuestra derecha, de vez en cuando tenemos puntos desde donde las vistas son espectaculares. Cuando llevemos unos 600 metros desde que pasamos el cable para el ganado, a nuestra derecha veremos unas fitas que nos indican el desvío para bajar a ver las Cuines d'en Rocaguinarda.
Este desvío nos lleva hasta un árbol donde, justo delante suyo hay un paso para acceder a las cuevas mediante un destrepe de unos 10 metros.
Si vamos con niños, perros, o no estamos acostumbrados a destrepar, desaconsejo totalmente bajar por aquí, ya que podríamos tener un disgustillo. Más adelante, hay otro punto por el que se puede acceder caminando y sin tener que hacer destrepes o cosas raras.
Una vez que finalicemos el destrepe, iremos hacia nuestra derecha para ver las Cuines d'en Rocaguinarda.
Estas cuevas son famosas porque en ellas se escondía el bandoler Perot Rocaguinarda, que junto a Serrallonga, fueron los dos bandolers más conocidos de la época.
Rocaguinarda nació en Oristà en el año 1582, y murió en Italia después del año 1635 tras servir como Capitán de los Tercios Españoles, gracias a un indulto que le concedió el virrey en 1611. Fue un joven atractivo y muy astuto, las autoridades jamás lo pudieron atrapar pese a las enormes recompensas que ofrecían por él. Se le consideraba un Robin Hood a la catalana, de ahí que los campesinos y lugareños siempre lo ayudaran.
Tras visitar las Cuines d'en Rocaguinarda, volvemos a subir por donde hemos destrepado, y seguimos por el camino.
Unos 200 metros más adelante de las fitas que había en el camino, en una curva hacia la izquierda, veremos una pequeña fita a nuestra derecha, si vamos siguiendo el sendero desdibujado que hay, llegaremos al acceso apto para todos los públicos hacia las Cuines d'en Rocaguinarda.
Antes de bajar, me acerco al cortado, desde donde las vistas son ... una pasada.
Miremos hacia donde miremos, es precioso.
Seguimos el sendero y llegamos a un lugar por donde podemos bajar caminando, sin necesidad de destrepes y cosas raras, y luego giramos hacia nuestra derecha y llegaremos a las Cuines de Rocaguinarda de forma fácil y sencilla.
De camino podemos ver alguna pequeña cueva. Una vez que hayamos visto las Cuines d'en Rocaguinarda, regresaremos al camino principal por donde hemos venido. Esta sería la opción si llevamos peques, perros o no estamos acostumbrados a destrepar.
De vuelta en el camino, vamos girando hacia nuestra derecha y poco antes de llegar a L'Enclusa, vamos a parar a un sitio donde tenemos unas brutales vistas de Les Guilleries.
Hay algún que otro saliente desde donde se pueden obtener unas fotos espectaculares. Como yo iba solo, y el automático de la cámara solamente dura 12 segundos, me tuve que conformar con verlo de lejos.
Avanzamos y pasamos junto a una caseta de la Agrupació de Defensa Forestal.
Y a unos metros, el vértice geodésico de L'Enclusa (868 metros). Otro 100 Cim más para la colección.
Dejamos L'Enclusa y ahora el camino se desvía un poquito hacia la izquierda, pasamos junto a un panel informativo del PR®C-42, en el que apenas se puede leer nada, ya que el sol lo ha quemado casi por completo y llegamos al punto más complicado de toda la ruta, un destrepe bastante jodidillo. En los primeros metros, iremos prácticamente encajonados, y nos podremos agarrar en las piedras sin problemas, esta parte no presenta ninguna dificultad, pero después, ya no hay donde agarrarse y para bajar los últimos metros, hay que desplazarse hacia la derecha con la espalda bien pegada a la pared; luego ya podemos seguir destrepando entre las rocas. Solamente por este punto, desaconsejo esta ruta para niños, perros, y sobre todo si no estamos acostumbrados a destrepar, a mí me costó un poco, y eso que no tengo problemas en bajar como las cabras. Otra opción es hacer la ruta en sentido inverso, ya que subir por aquí, es muchísimo más fácil que bajar, pero eso, que cada uno lo valore.
Una vez superado este tramo, volvemos a estar en el PR®C-72, por lo que nos podremos guiar por las marcas blancas y amarillas.
Avanzaremos rodeando la parte baja de L'Enclusa, y al final veremos la punta con una señera encima suyo.
El tramo que nos queda es bajada hasta llegar a la Collada de Mansa.
Son unos 400 metros desde que pasamos por la punta de L'Enclusa, y salvo algún tramo donde puede haber algo de tierra suelta o piedras, se baja muy bien.
Finalmente, llegamos a la Collada de Mansa, donde tenemos aparcado el coche, y así podemos dar por terminada esta interesante ruta para llegar al 100 Cim de L'Enclusa. Una ruta fácil, sencilla, y con poca dificultad para orientarnos por ella si seguimos bien las indicaciones. El único problema es el destrepe que hay una vez que pasamos L'Enclusa. Si no somos diestros en los destrepes, llevamos niños o perro, aconsejo hacer la ruta en sentido inverso, y así evitar un mal rato.
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