Hoy hace una mañana ideal para hacer un "Cim Express", algo rápido, que no nos suponga mucho tiempo entre el despalazamiento y la subida, así que .. vamos a subir Sant Ramón.
Para llegar a nuestro destino, hemos de dirigirnos a Viladecans, y una vez allí, ir hasta la Avinguda de la Fraternitat.
Esta avenida es bastante larga y con mucha zona para aparcar, tanto en uno como en el otro lado.
El incio de la ruta, está justo al principio de la Avinguda de la Fraternitat, hay una cadena de impide el paso a los vehículos a motor y un cartel que nos pistas de hacia donde ir.
El camino es muy ancho. Avanzaremos hasta llegar a la torre de alta tensión, donde giraremos a la izquierda.
La pequeña Maya correteando libre por el monte, estamos a 2 grados y lleva su forro polar y el anorak, por si acaso se nos resfría "la ratilla".
Cuando lleguemos al cruce, veremos este cartel, giraremos hacia la izquierda, por el Camí d'en Vellaca.
Hay bastantes ciclistas por el camino, así que hoy a Barbie le toca ir atada ... por si las moscas. También es una buena ayuda a la hora de subir jejeje
Cuando lleguemos a una especie de granja, giraremos a la derecha y pasaremos por esta cadena, subiendo por el Camí de Can Torrents.
Al final de este pequeño tramo del Camí de Can Torrents, giramos a la izquierda y seguiremos avnzando por el ancho camino de tierra, que ahora pasa a llamarse Camí de Can Menut.
Entramos en un bosque de pino blanco. Un pino de corteza grisácea, de porte muy irregular, y que alcanza una altura de unos 25 metros. Lo encontraremos desde el nivel del mar hasta los 1000 metros de altura.
Una de las plantas que veremos mucho durante este tramo es el lentisclo, un arbusto que puede alcanzar los 5 metros de altura. Antiguamente de su resina se elaboraba una goma de mascar, que se utilizaba como anestésico odontológico.
El camino empieza a subir, así que nos tomamos una pequeña pausa para tomar aire y disfrutar del paisaje.
Las vistas del Baix Llobregat son fantásticas; Viladecans; El Prat de Llobregat, Gavà, Castelldefels ...
El esfuerzo se empieza a notar, y aunque estamos en el mes de enero, y la temperatura es de 5 grados, empezamos a quitarnos capas. Al fondo ya divisamos Sant Ramón.
Hay que animar a la benjamina del equipo, la subida ... cuesta.
Metros atrás hay un cruce, donde giramos a la izquierda para seguir por el Camí del Bosc del Cònsol.
A partir de aquí, supongo que para darnos ánimos y ver que cada vez nos queda menos recorrido, cada 100 metros tenemos un poste indicando la distancia que nos queda para llegar al cim.
Buff ... que cara de cansancio, y eso que todavía quedan 500 metros.
400 metros. Esto ya está llegando a su fin.
La vegetación en esta parte es la típica de una "brota"; arbustos leñosos como el romero, jara, brezo y brez blanco.
Como buenos espartanos que somos, ya solo quedan ... 300.
AROOO!!!!!
Los desiertos verdes es un programa europeo para la reforestación. En España se ejecuta en cinco provincias, siendo Barcelona una de ellas.
200 metros, casi estamos tocando la ermita de Sant Ramón.
Barbie está feliz de la vida, todo lo que sea salir a la montaña le encanta.
Parece mentira, pero ya solo nos quedan 100 metros.
Estos últimos metros son los más durillos, es el tramo con mayor pendiente de toda la ruta.
Unos cuantos escalones para llegar a la ermita rompen un poco la monotonía de la subida.
Una pequeña área de picnic a la izquierda de las escaleras. Lástima que no tocaba el sol....
Maya tirando de Gemma hasta el último momento!!! Es incansable!
¡Reto superado! Hem fet el cim!!!!
La ermita de Sant Ramon es de estilo neogótico y fue edificada por José Estruch 1887 en
memoria de sus padres y dedicada a la
advocación de San Ramón Nonato. La ermita fue edificada en la
cima de la sierra de Montbaig. A partir de entonces esta montaña se
pasó a llamar popularmente con el nombre de San Ramón.
Una panorámica con El Prat de Llobregat, Castelldefels y Gavà de fondo.
Sant Boi de Llobregat y Esplugues de LLobregat vistas desde la ermita.
Reponiendo fuerzas para la bajada.
Al iniciar el descenso, a nuestra derecha veremos la población de Sant Climent de Llobregat, otro punto desde donde se puede subir a este cim.
Bajamos nuevamente por el Camí del Bosc del Cònsol.
Toda esta montaña está formada básicamente por pizarras y filitas.
El descenso no se hace tan pesado como la subida. Pero nos tenemos que abrigar más porque empieza a hacer bastante viento.
Dejaremos el Camí del Bosc del Cònsol para seguir rectos por el Camí de Montbaig.
Ya sólo nos quedan dos kilómetros para llegar hasta el coche.
Hay un pequeño tramo en el que podemos elegir bajar por el camino o por unos rústicos escalones.
La ermita de Sant Ramón cada vez queda más alejada.
Volvemos a entrar en una máquia con pinos blancos.
Entre los árboles encontramos la zarzaparrilla, una planta trepadora con hojas en forma de corazón, y multitud de pinchos a los lados. Se utiliza como planta medicinal y para elaborar el licor de zarzaparrilla. Los romanos la usaban contra las enfermedades venéreas.
Al final del Camí del Montbaig, giraremos a la derecha para volver al Camí d'en Vellaca.
El camino vuelve a ser ancho y totalmente plano. Seguiremos por él hasta llegar a la torre eléctrica.
Sant Ramón se ve muy pequeñito al fondo, desde aquí no parece que esté solamente a 2,5 kilómetros.
Torre eléctrica y giro a la izquierda, dejamos el Camí d'en Vellaca para volver hasta el coche.
Un pequeño acorazado que se cruza en nuestro camino ¡cuidado con pisarlo!
Última bajadita y ya estamos otra vez en Viladecans. Una excursión fácil, aunque tiene un subida inicial un foco fuertecilla. Ideal para hacerla una soleada mañana de invierno.
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