Hoy nos vamos a Campdevànol (Ripollès), para hacer una ruta muy bonita: els Gorgs de la Cabana.
Iremos hasta Ripoll por la C-17, luego nos desviaremos hacia Campdevànol y, al poco de entrar en el pueblo, veremos un semáforo donde nos colocaremos para girar a la izquierda y seguir por la GI-401, dirección Gombren. Metros antes de llegar al Camping Pirinenc, veremos a mano izquierda la entrada a la zona de aparcamiento, que tiene un precio de 10,00 euros por coche. Esta es una ruta que ya he realizado varias veces; en invierno es espectacular, ya que todos los gorgs están congelados, y en verano es una pasada poder bañarte en sus gorgs, pero sorprendentemente, nada más entrar el agente de seguridad que se encarga de recaudar el dinero del parking, nos da un tríptico donde aparacen muchas prohibiciones: prohibido bañarse en los gorgs, prohibido llevar a los perros sueltos, prohibido comer en todo el circuito ... y así una larga lista de prohibiciones, todo ello bajo una multa de 300,00 euros por infracción. Como llevo a un pequeño grupo que me ha pedido hacer esta ruta, ya que no la han hecho nunca y les apetece mucho, vamos a hacerla, pero os aseguro que a mí no me van a volver a ver el pelo en Campdevànol nunca más, habiendo tantos sitios por visitar, paso de tener que pagar, y encima que me impongan prohibiciones estúpidas para ir por la montaña. Dicho esto, dejémonos de rollos y empecemos la crónica de esta excursión.
Desde el parking, salimos a la zona de recreo de la Font de la Querol, donde tenemos barbacoas y unas enormes mesas de piedra en las que podemos hacer picnic. De allí, seguimos avanzando hasta la Font de la Querol, con un pequeño chorrito de agua sin garantias sanitarias, y vamos a buscar el sendero que sube por la izquierda de la fuente para iniciar nuestra ruta.
Lo más habitual, es empezar la ruta desde el camino que se ve pasada la Font de la Querol, pero nosotros hemos decidido hacer la ruta a la inversa, haciendo toda la subida fuerte al principio, y dejando la bajada y los gorgs para el final. Ambas opciones, tanto hacer la ruta en sentido horario como en sentido anti horario, son totalmente aconsejables. Lo mejor: hacerla de las dos formas, una en verano y otra en invierno, así podéis ver los gorgs en sus mejores momentos.
El camino de subida, al principio es un poco estrecho y con bastantes raíces, aunque a medida que avanzamos se va volviendo más ancho. Durante el recorrido tenemos varios paneles informativos donde vemos un poco la flora y la fauna que viven en esta parte de la comarca del Ripollès.
Esta subida es bastante inclinada, y en los últimos metros hay que ayudarse con las raices que sobresalen del suelo, así que nos lo tomamos con calma, que todavía no hemos llegado ni a la mitad de la ruta, y hay que ahorrar fuerzas.
Tras esa dura subidita, el camino se vuelve totalmente plano, y tenemos unas preciosas vistas con la masia de Can Bussacs a nuestra izquierda. Si queremos, podemos comprar quesos hechos de forma totalmente artesanal.
Dejamos la masía detrás nuestro y seguimos subiendo por la ancha pista que nos lleva hasta la parte más alta del trayecto, ya nos queda muy poco por subir.
Nos encontramos un cable a la altura de la cabeza en medio del camino, ideal para decapitar a ciclistas ... vaya tela, o que mala idea el que lo ha colocado a esa altura.
Ya estamos en el Collet de Daguí, la parte más alta de todo el recorrido, 979 metros, así que ahora empezamos a bajar para llegar al primero de los gorgs. En total hemos tardado treinta minutos hasta llegar a este punto, 2,8 kilómetros, con 220 metros de desnivel positivo, no está nada mal.
El camino de bajada tiene tramos en los que apenas caben dos personas una al lado de la otra.
Otro panel informativo donde podemos ver las montañas de la parte sur de la Serra del Montgrony. Creo que con lo que se recauda en la entrada, podrían reparar el panel ... ups, ya me he puesto criticón, lo siento.
La señalización vertical es muy abundante, creo que no he visto ninguna otra ruta con tantas indicaciones, y aún así, seguro que habrá alguien que se perderá.
Giramos a la derecha para llegar al Gorg del Colomer, el más grande de todos, y para mi gusto el más bonito (qué tiempos aquellos en los que te podías pegar un chapuzón cuando llegabas a él...). Según el panel, hasta la Font del Querol se tarda una hora y cuarto, nosotros hemos tardado un hora hasta llegar aquí, no está nada mal.
Muntsa y Gisela, las chicas Power Ranger, solo les falta decir ¡¡A metamorfosearse!! jajaja.
Estamos en primavera y en el Torrent d'Estiula podemos ver miles de renacuajos de sapo. Ver, pero no tocar, hay que dejar que estos pequeñines crezcan y se conviertan en preciosos sapotes gordos.
Cruzamos el cauce del torrente, menos mal que va flojito de agua, que si no, hasta el tobillo que nos mojamos.
El Gorg del Colomer, espectacular. En invierno se congela por completo y antes se podía caminar hasta los chorros de agua totalmente congelados, ahora, totalmente prohibido, con una multa de 300,00 euros si te pillan, igual que si te bañas en el agua ... buff.
Vemos un pequeño charco donde se puede observar las huellas de los jabalís que han venido a retozar en el lodo, supongo que a ellos no les multarán por refrescarse, ya sería lo último, aunque de este sitio, ya me lo espero todo.
Dejamos el Gorg del Colomer, donde hemos aprovechado para comernos el bocadillo ... ¡¡¡oh no!!! si nos llegan a pillar es una multa de 300,00 euros, menos mal que no nos ha visto nadie.
Ahora una pequeña subidita para ir hasta el Gorg del Petit Colomer, solamente tenemos que seguir el único camino que hay, o las marcas amarillas que han pintado en los árboles.
Y si tenemos alguna duda de por donde seguir, más señalización vertical, a mi parecer, esto ya se pasa de la ralla, vaya forma de cargarse la montaña.
Una gigantesca babosa de color marrón. Hemos visto muchísimas por todo el recorrido, así que me llevo una a casa en forma de fotografía.
Otro cartel que apenas ha cambiado desde la última vez que lo ví hace unos dos años. Señalización excesiva y en mal estado de consevación. ¿A dónde irán a parar los 10 euros que le cobran a cada vehículo que viene aquí? porque para la conservación de las señales os aseguro que no.
Volvamos a centrarnos en la ruta. Seguimos adelante y bajamos otro tramo por unas piedras, sin dificultad alguna.
Un nuevo poste que nos avisa que el sendero de nuestra derecha nos lleva hasta el Gorg del Petit Colomer.
El Gorg del Petit Colomer, una miniatura de su hermano mayor. Aún así, precioso y lleno de pequeños renacuajos y pececillos.
Volvemos nuevamente al camino, ahora muy ancho. Ya solo nos quedan por ver cuatro gorgs más.
El camino nos hace cruzar nuevamente el torrente, así que Adrià se pone a Gisela en modo saco de patatas y cruzan en un plis. Nosotros dos, Muntsa y yo, lo cruzamos de uno en uno jejeje.
Una gran explanada con pino rojo y pequeños bojes, nos lleva hasta nuestro tercer gorg.
El Gorg del Forat.
Para llegar hasta este pequeño gorg, tendremos que bajar por un estrecho y resbaladizo senderito. Aquí ya empezamos a encontrarnos a la gente que ha hecho la ruta en el sentido inverso a nosotros.
Adrià y Muntsa no tienen ganas de bajar y se quedan arriba, mirandonos a Gisela y a mí. Se están empezando a agobiar al ver a tanta gente y señalización por todos los lados.
Reiniciamos el regreso por un tramo bastante divertido, raíces, piedras, tierra suelta, algo diferente y que nos resulta divertido después de tanto tramo bueno.
Bajamos hacia el Gorg de la Bauma y nos cruzamos con un numeroso grupo de gente que ... están comiendo una bolsa de patatas fritas por el camino, que inconscientes, que ganas de jugársela juas juas juas.
Para llegar al Gorg de la Bauma, tenemos que ir por un estrechísmo camino que veremos a la izquierda del torrente. Hay un pequeño tramo de unos cinco metros donde solo cabe una persona y aún así, es fácil pisar el agua, y que de tanta gente que pasa por aquí, apenas queda tierra por donde pisar. No obstante, nosotros conseguimos pasar sin problemas.
El Gorg de la Bauma. Al final no he podido resistirme a las peticiones de Gisela y me pongo para la foto en modo Power Ranger jejeje.
Retrocedemos y vemos algo que nos parece absurdo. Unos vienen y otros vuelven y la gente parada porque no saben por donde tirar, ni pasan ni dejan pasar, han formado un tapón alucinante. Nosotros como somos medio cabras y llevamos calzado de goretex, pies al agua, seguimos por el torrente los dejamos atrás a todos, madre mía como está el patio.
Cuando vuelves del Gorg de la Bauma, llegas casi de inmediato al Gorg de l'Olla, una fantástica poza donde antes la gente saltaba y nadaba libremente, ahora ná de ná.
La gente se sigue aglomerando y se tienen que ayudar los unos a los otros porque no tienen ni idea de por donde pasar, lo niños pequeños son cruzados como sacos de patatas, menos mal que hay un camino por donde ir, y no es precisamente ese por el que van estas personas. A lo mejor es que no han visto los doscientos carteles que indican el camino por donde ir.
Nada más salir del Gorg de l'Olla, lo dicho, otro cartel, así que nos vamos a nuestro sexto gorg, el penúltimo de todos.
El Gorg de la Tosca. Abarrotado de gente, apenas se puede dar un paso, esto parece una cabina de teléfonos con trescientos chinos dentro, no cabe ni un alfiler más, que horror!!
Una chica con vestido de novia y maquillaje de zombie en una sesión fotográfica ... ¿¿ la novia cadaver?? Llegamos justo en el mejor momento, cuando se quita el vestido de novia y se queda en ropa interior, algo bueno teníamos que sacar de esta excursión.
Salimos como podemos de esta aglomeración de gente y volvemos al camino para ir al último de todos los gorgs, el Gorg de la Cabana.
Al llegar al Gorg de la Cabana, la gente se amontona a ambos lado de la orilla, para continuar nuestro camino, hemos de cruzar el torrente, pero es imposible llegar hasta él, así que retrocedemos unos metros y lo cruzamos más arriba, donde no hay nadie que estorbe en el paso.
El Gorg de la Cabana. Me ha sido totalmente imposible acercarme para poder hacer una foto en condiciones, la gente está en el mismísimo borde, a punto de caerse, todo por hacerse una foto guay, así que me marcho del lugar y os pongo esta foto de hace unos cuantos años, la única diferencia, es que no hay gente y tiene algo de hielo, la hice en marzo de 2013, cuando todavía daba gusto venir aquí.
Definitivamente ya no sabemos si estamos en el Torrent de la Cabana o en la Rambla en el día de Sant Jordi, aquí sale gente hasta de debajo de las piedras, y a cual más torpe liando unos pitotes en el camino que no veas.
Entramos en zona de pastoreo cruzando esta puerta de paso, dejando atrás a toda la marabunta humana.
Un cartel nos avisa que están cambiando la señalización del itinerario, pasando a ser un PR, un pequeño recorrido, de 10 a 50 kilómetros de distancia.
La Font de la Mosquera. Un barrizal que seguro utiliza el ganado y las fieras de la zona para beber agua y refrescarse en el barro.
Nosotros colocamos unos troncos para poder pasar por encima de ellos, y así no tener que hundir el pie en el barro hasta la altura del tobillo.
Las ruinas de La Mosquera, una antiguo pajar, actualmente en ruinas, y utilizado como lavabo por las excursionistas que vienen al lugar, la gran cantidad de papeles acumulados en la parte trasera dan fe de ello. No cuesta mucho poner el papelito en una bolsa de plástico y tirarlo en los contenedores que hay al inicio / final de la ruta. Que poca conciencia tiene la gente.
Otra zona con ganado. Aquí se nos avisa que tenemos que cerrar la puerta de paso y atar a los perros. Esto sí que lo encuentro lógico y razonable, entramos en una finca privada y hemos de respetarla, aquí si que se tienen que atar a los perros, no hemos de molestar a las ovejas, vacas, caballos o animales que nos encontremos en la montaña, esta es su casa. Pero de ahí a tener que llevar atados a los perros durante toda la ruta, lo siento mucho pero difiero.
Y al salir de la zona de pastoreo, volvemos a cerrar la puerta para que no se escape el ganado.
La parte final del circuito se vuelve estrecha, con el Torrent d'Estiula a nuestra izquierda. Hay tramos en los que hay bastante altura y si nos cayéramos ... así que mejor ir con cuidado, no sea que la liemos justo al llegar al final.
Últimos metros y llegamos a la Font de la Querol, el inicio de nuestra ruta de hoy.
La zona de picnic está abarrotada de gente, aprovechamos la única mesa vacía para comernos un bocadillo y volver a casa. Lo que nos deja alucinados es que un grupo de personajes han traido un generador eléctrico y han conectado un equipo de música, teniendo que tragarse todo el mundo su música. Supongo que no será lo habitual, pero me parece patético que prohiban tantas cosas, y esto no. En definitiva, un precioso lugar al que tardaré un buen tiempo en regresar.
No son prohibiciones estúpidas, son regulaciones. Ya que en este país somos Jetas por naturaleza, hay que prohibir muchas cosas: bañarse, porque es un paraje natural y tiene que seguir siéndolo para los restos; no comer, por no tirar basuras, somos unos soberanos "guarretes", y al final siempre hay un listillo que deja los papelitos y las latas tiradas -SIEMPRE-. Y que se cobre la entrada es normal, así se logran retribuciones para ayudar a conservarlo. Así que una vez más pagamos justos por pecadores. Hay que conservar el entorno si o si, si nos gusta el monte tenemos que disfrutar SÓLO con verlo y sentirlo, si no, es que no nos gusta tanto la naturaleza.
ResponderEliminarHola Unknown, en primer lugar agradecer tu comentario en esta entrada del blog, respeto tu opinión aunque no la comparto totalmente.
EliminarAfortunadamente no todos los habitantes de este país somos unos jetas por naturaleza, hay muchísima gente que amamos y respetamos a la naturaleza. Una de mis prácticas habituales en cualquiera de mis salidas/excursiones, es ir recogiendo la mierda que han dejado otros que han pasado antes que yo: latas, plásticos, papeles, colillas ... y luego me la llevo a mi casa y la tiro en el contenedor de mi calle. Es algo que me enseñaron cuando hice el curso de Monitor de Excursionismo de la FEEC, y ahora lo hacemos toda la familia cuando salimos y así ponemos nuestro granito de arena para conservar la naturaleza y que futuras generaciones disfruten de ella.
Si se cobra una entrada para un lugar y ese dinero se reinvierte en el mismo, chapó, adelante. De todos los sitios por los que me he movido, solo he visto eso en dos sitios, en el Barranc del Viu de Llevata, y en el Torrent de la Cabana. El parking del Viu de Llevata es un campo privado, de un chaval que vive en ese pueblo, y te cobra tres euros a cambio de vigilarte el coche, informarte del estado del barranco y luego tiene un pequeño bar donde te puedes tomar unas bebidas frescas o comer después de hacer el barranco, el chaval medio vive de eso y lo mantiene de coña, lo encuentro genial. El otro sitio ha sido aquí en el Torrent de la Cabana, te cobran 10 euros por coche, a una media de 500 personas por finde, que son muy pocas, con los coches completos, son 100 coches entre el sábado y el domingo, lo que suma 1000 euros a la semana, unos 4000 euros al mes, unos 48.000 euros al año, que repito, es muy poca gente, yo más bien duplicaría todas las cifras. Realmente crees que con esa burrada de dinero que recaudan están conservando el lugar? Hay un servicio de seguridad o vigilancia que haga cumplir las normas que te informan al principio? Realmente la gente no se bañan en los gorgs? Hay un servicio de limpieza que recoja las basuras de la gentuza que la va tirando? Van renovando los paneles informativos? Han habilitado la ruta para personas con mobilidad reducida? Yo no he visto nada de eso, el Torrent de la Cabana es una gallina de los huevos de oro. Porqué no limitan el acceso a 100 personas al día? Entonces sí que se conservaría el entorno, pero claro, se acaba una inmensa fuente de ingresos.
A mí me encanta la naturaleza: disfrutarla, compartirla, sufrirla, enseñarla, respetarla ... me gusta caminar por el bosque, bañarme en los ríos y gorgs, tumbarme en la hierba y descansar, subir cimas, escalar, barranquear, el frío, el calor, el viento ... para mi, eso es sentir la naturaleza.