Hoy seguimos trabajando para Gorgs 2016 y nos vamos a hacer el Barranc de Llavaneres, un barranco muy poco conocido y diría yo que exclusivo para auténticos coleccionistas.
Para hacer este barranco tendremos que hacer combinación de vehículos. Primero iremos con los dos coches hasta La Pobleta de Bellvehí y la pasaremos y cuando lleguemenos al punto quilométrico 5 de la L-503, allí dejaremos el primer coche.
Justo en este punto hay un buen sitio para dejar el primer coche. Colocamos todo el material de descenso en el coche que utilizaremos para subir a Estavill y dejamos en el coche que se quede aquí la ropa seca para cambiarnos al acabar el barranco.
Después de unos 25 minutos de coche y unas cuantas curvas, llegamos a Estavill, seguimos por la carretera hasta donde la misma termina, y dejamos el segundo coche donde menos pueda molestar.
Nos cargamos las mochilas a los hombros y bajamos por la carretera hasta llegar a una curva hacia nuestra derecha, aquí dejaremos la carretera y bajaremos por un camino que veremos delante nuestro y que va bajando hacia nuestra izquierda.
El camino esta muy poco marcado, ya que únicamente lo transita algún pastor con su ganado o los animales salvajes cuando bajan a beber al rio. Como referencia, podemos tomar una pequeña pradera que hay justo delante y que tendremos que atravesar para llevar al barranco.
La mejor prueba de que aquí no viene nadie, es que el camino está totalmente tapado por un muro de casi tres metros de altura de zarzas, así que toca sacar las tijeras de podar y a pasar un buen rato abriendo paso.
Despues de casi 20 minutos cortando zarzas, sacando pinchos de las manos y apartando todas las ramas que cortamos, podemos acceder a la pradera, que atravesamos para llegar a una pequeña arboleda.
Bajamos la inclinada arboleda por donde mejor podamos y con cuidado de no resbalarnos por la gran cantidad de hojarasca seca hasta llegar al cauce que está justo delante nuestro.
Por fin llegamos al Allau de Llavaneres, apenas corre un hilillo de agua, así que buscamos un sitio para ponernos todo el equipo y prescindimos de ponernos la parte de arriba del neopreno, que con el calor que hace y la poca agua que lleva el barranco, nos podemos achicharrar.
Empezamos el descenso y nos encontramos con estas grandes piedras, las salvamos y tenemos un destrepe de unos tres metros.
La poza que nos espera al final del destrepe es poco profunda, el agua te llega mas o menos hasta la cintura.
El agua está fresquita y es totalmente cristalina.
Avanzamos un poco y el barranco empieza a cerrarse, no os hagáis muchas ilusiones, que aunque esta parte es preciosa, poco va a durar.
Como es un barranco muy poco transitado, me atrevería a decir que nada transitado, los tritones han proliferado de lo lindo, y además estamos en época de cría, así que vamos muy atentos donde ponemos los pies y evitamos en todo lo posible pisar el agua para no lastimar a ninguno de estos preciosos reptiles.
Continuamos y llegamos a un destrepe de unos cuatro metros que finaliza en un pequeño tobogán que nos deja en otra poza parecida a la del principio.
Hay que aprovechar para refrescarse en esta poza, ya que a partir de aquí el agua va a aparecer y desaparecer hasta que lleguemos al Flamisell.
A los pocos metros de dejar la poza, el barranco se abre y se convierte en un entretenido "trekking acuático".
De vez en cuando topamos con algún pequeño destrepe, lo cual es de agradecer.
Siempre que se pueda hay que evitar ir por el agua para no dañar a la fauna que habita en los barrancos, muy abundante en el Allau de Llavaneres.
Un gran bloque empotrado no nos deja más remedio que volver al agua y pasar por esta poza con gran cantidad de tritones, así que a refrescarse otro poquito.
Después de romper un poco la monotonía del barranco gracias al bloque empotrado, seguimos avanzando paralelos al cauce.
Pasan unos diez minutos y el barranco se vuelve a cerrar y llegamos a otra preciosa zona donde tenemos el primer rápel. La instalación tiene más años que Matusalén, la comprobamos y a pesar de los años, se puede bajar perfectamente por ella.
Por donde pasa el hilillo de agua, se ven un montón de larvas pegadas a la roca, la vida puede surgir de cualquier sitio.
El rápel tiene unos 20 metros, así que pasamos la cuerda y bajo yo a ver que me encuentro por abajo, espero que no haya ningún jabalí en el cauce del barranco.
El rápel es una rampita con buena inclinación en un conglomerado resistente, no se deshace a diferencia del Allau de Sant Feliu, barranco en formación paralelo al que nos encontramos ahora mismo.
El barranco tiene dos curvas cerradas seguidas, que se pueden bajar caminando perfectamente.
Este precioso tramo de conglomerado termina en un destrepe de tres metros que nos deja en otra pequeña poza donde el agua apenas nos llega a la cintura.
Ahora el barranco se vuelve a abrir y el agua que lleva el cauce apenas nos llega al tobillo, a partir de este tramo ya no veremos ningún tritón más, aunque seguro que el barranco nos guarda alguna que otra sorpresilla.
Pared de conglomerado a nuestra derecha y cauce totalmente abierto a nuestra izquierda.
Un hilillo de agua, nunca mejor dicho, corre por el cauce.
Un destrepe donde encontramos una surgencia de agua que ha formado un charco de agua.
Las paredes se vuelven a juntar tímidamente, aunque no llegaremos a encontrar ningún tramo encajonado como los dos anteriores.
Y la sorpresa del barranco, una serpiente en medio del agua, no era muy grande, unos 50 centímetros, y como no tenía cara de muchos amigos la dejamos tranquila que siguiera tomando el sol. A los pocos metros de dejarla, llegamos a una poza donde vimos tres serpientes dentro del agua, evitamos meternos dentro por si acaso no eran muy amigables.
Avanzamos y tras una curva de 90º a nuestra derecha llegaremos al segundo rápel del barranco. Nuevamente con las instalaciones que se pusieron en su apertura.
Nos costó un poco encontrar la chapa, ya que estaba algo tapada por las ramas y hojas que han ido cayendo a lo largo de los años, pero aunque se veía muy vieja, era fiable por completo.
Montamos la cuerda y Juanlu baja primero.
Bonito rincón que nos regala a la vista el barranco.
A partir de aquí, el barranco se abre por completo y la vegetación abunda mucho más que antes.
El agua se va filtrando a través de las piedras y hay tramos donde desaparece totalmente, aunque metros más adelante vuelve a aparecer y desaparecer, así será hasta llegar al Flamisell.
Este tramo final, desde el último rápel hasta el río, apenas nos llevará unos 10 minutos, menos mal.
El último destrepe del barranco, unos tres metros.
Pasado el destrepe, el agua se filtra por completo y el cauce se queda totalmente seco.
Unos 100 metros más y vemos el Flamisell.
Nos acercamos lo más que podemos al Flamisell y analizamos por donde poder cruzarlo mejor.
Aunque elegimos atravesarlo por un tramo donde el agua apenas nos llega a la cintura, las piedras del río están cubiertas de musgo y hay que ir con pies de plomo para no darnos un buen resbalón y caer al agua, que aunque poca, lleva un pelín de fuerza y nos podría arrastrar unos metros.
Ya en la otra orilla vemos un sendero paralelo al río que seguiremos río arriba.
Pasamos junto a un canal.
Dejamos a nuestra izquierda un puente para poder atravesar el río.
Atravesamos el canal dejándolo a nuestra izquierda.
Y el camino ya nos indica por donde ir hacia la Font del Moro, donde aparcamos el primer coche. Un retorno rápido de unos cinoc minutos una vez atravesamos el Flamisell.
Cruzamos la carretera y llegamos al parking 1 donde descargamos, nos cambiamos y vamos a buscar el otro vehículo para dar por terminado este barranco exclusivo para coleccionistas.
FOTOS
DESNIVEL
MAPA
TRACK GPS
Distancia Barranc de Llavaneres: 1 kilómetro 800 metros.
Desnivel Barranc de Llavaneres: 210 metros.
Aproximación Barranc de Llavaneres: 30 minutos (imprescindible 2 coches).
Duración Barranc de Llavaneres: 1 hora 30 minutos.
Retorno Barranc de Llavaneres: 5 minutos.
Distancia total: 12 kilómetros 800 metros.
Desnivel total: 480 metros.
Duración total: 2 horas 30 minutos.
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