Como aquí en Navarra hay muchísimas rutas en las que podemos disfrutar de los ríos, hoy vamos a Iribas a ver el nacedero del río Larraún y del río Ertzilla, que curiosamente es otro SL, el SL NA-302.
Para empezar la ruta nos tenemos que dirigir hasta Iribas,
Justo antes de entrar en Iribas, en el márgen de la carretera podemos aparcar el coche. Aquí tenemos al super grupo de excursionistas, bueno, faltamos Barbie y yo.
Al acercarnos a Iribas, veremos un panel informativo de la ruta y un poste con diferentes opciones a elegir, nosotros nos dirigimos hacia Aitzarrateta, donde nace el río Ertzilla.
Empezamos la ruta con una pequeñita cuesta. El desnivel total de la ruta son 150 metros, pero son casi imperceptibles excepto la subida final desde Basakaiz, donde nace el río Larraún hasta Iribas
Atravesamos el pequeño y encantador pueblo de Iribas siguiendo las señales del SL, PR y GR, marcas blancas, rojas, amarillas y verdes.
Al salir de Iribas llegamos a una puerta metálica para impedir el paso del ganado. También veremos otro panel informativo y un poste con las diferentes rutas que podemos hacer.
Un abrevadero para el ganado o Aska (euskera). Si nos fijamos vemos las marcas de los recorridos. Dentro del abrevadero habían muchos renacuajos, así que a dejarlos que se conviertan en ranas y sapos adultos, un claro indicativo de la buena salud de la zona en cuanto a fauna y flora se refiere.
El sendero está muy bien señalizado, creo que perderse sería un poco difícil.
Un cruce donde tendremos que seguir por la derecha.
Una subida muy suave. De momento la ruta no presenta grandes dificultades, ni en cuanto a seguirla ni en cuanto a realizarla.
Salimos a un claro donde tenemos dos caminos a elegir, izquierda o derecha, como bien indica el poste, nosotros hacia la derecha, a Aitzarrateta.
Ahora la ruta es cuesta abajo, eso sí, muy suavemente.
Pasamos junto a la Borda Arotzenea, una borda en perfecto estado con dos plantas, la de abajo para guardar el ganado y la de arriba para almacenar forraje para el invierno.
Parece que han encontrado algo interesante en medio del camino.
Un pequeño escarabajo pelotero, foto y a dejar que siga con su camino. Puede que nos resulte un ser un poco asquerosote, pero en Japón es una mascota muy común entre los niños en etapa escolar.
Los contrastes de luz en la ruta son una pasada.
Llegamos al nacedero de Aitzarrateta, un panel nos lo confirma.
En este lugar están las ruinas del antiguo molino de de Aitzarrateta, que funcionó hasta principios del siglo XX.
Vemos lo que queda de la estructura del viejo molino.
Cruzamos por la pequeña presa que hay después del nacedero a ver si vemos algun sapo por la zona, pero no hay suerte.
Buen sitio para desayunar mientras disfrutamos de las vistas.
El manantial de Aitzarrateta es el lugar donde nace el río Ertzilla. El Ertzilla es un río un poco tímido por así decirlo, a medida que avanza sus aguas se van filtrando y antes de llegar a la Sima de Lezegalde desaparece por completo para reaparecer más adelante en el manantial de Basakaitz, donde nace el río Larraún, a los pies de Iribas. Como ahora estamos en agosto, va un poco flojito de agua, pero en primavera seguro que es todo un espectáculo.
Pasamos por esta puerta y vamos a la parte superior de los restos del viejo molino.
Una gigantesca babosa nos espera en medio del camino jejeje.
Volvemos por donde hemos venido y pasamos por un cruce donde nos dirigiremos hacia la derecha, hay un cartel que nos lo señala como retorno. Ahora vamos a ir por las Campas de Aitzondo.
Como no hemos visto a nadie por la ruta y aquí sí se pueden llevar a los perros sueltos, ya que no es un parque natural, les damos un poco de vidilla a las bichas. Barbie lo primero que hace es ponerse a buscar ratones y topos, le puede, el día que le salga uno fijo que se muere de miedo.
El camino de retorno es una pasada de bonito.
Vemos un pequeño camino a nuestra derecha que baja hasta el Ertzilla y bajamos por él para remojarnos un poco los pies.
El río está lleno de renacuajos, así que no los molestamos mucho y nosotros a seguir con nuestra ruta.
De momento el grupo no se queja, la ruta les encanta. Curiosamente es otra de las 30 mejores rutas de Navarra, no me extraña porque es super bonita.
Un gigantesco tronco de castaño, visto de lejos parece la parte delantera de un drakkar vikingo.
Esta foto es muy divertida, Barbie está en modo ciervo / cabra, la pillé en pleno salto y parece que esté volando jajajaja.
Hay tramos donde los helechos son tan grandes y abundantes que casi llegan a tapar el camino. Menos mal que ya no quedan dinosaurios, porque este es un lugar que parece sacado de la película Jurassic Parc, ideal para que te salga uno por un lado y se te zampe de un bocado.
Los árboles son tan altos que apenas dejan pasar la luz del sol.
Los viejos castaños que hay a los lados del camino le dan un aire misterioso a la ruta.
Ahora viene un poco de subida, nada del otro mundo.
Barbie lleva un polizón en el arnés, que listo el pequeño saltamontes jejeje
Después de la subida, hay un cruce donde seguiremos por la izquierda.
Las castañas van madurando poco a poco, aún les quedan unos dos o tres meses hasta que se puedan comer.
Pasamos junto a la estación depuradora de agua.
Y bajamos nuevamente hasta llegar a la Sima de Lezegalde.
Según he leído en diversas reseñas, con mucho cuidado se puede bajar hasta donde se ven todos esos cantos rodados del fondo, la entrada de la sima. Hay unos 35 metros hasta abajo. Como Judit quería bajar y yo no lo ví muy claro del todo, no vaya a ser que resbale uno de los dos y ya la hemos liado, si venimos otra vez por la zona, ya traeremos arnes y cuerdas y bajaremos a dar un vistazo a la sima, de momento, desde aquí arriba se ve bastante bien.
Continuamos con nuestro camino a buscar el nacedero del Larraún.
Otro tramo con helechos gigantescos, parece un paisaje prehistórico, por algo son unas de las plantas más antiguas del planeta, son fósiles vivientes que han sabido adaptarse a los cambios climáticos del planeta.
Otro poste en medio del camino. Ruta muy bien indicada.
Seguimos por nuestra derecha bajando hacia el nacedero. Un poste y marcas de pintura nos señalan el camino.
Llegamos a Basakaitz y es una lástima que no salga nada de agua, es lo que tienen los meses de verano, que los ríos van bastante justitos, y más este año con lo poco que ha llovido.
Seguimos un poco más adelante y el río Larraún aparece de entre la nada a nuestra derecha.
Ahora toca subir la parte final, el camino tiene alguna que otra raiz y piedra pero nada del otro mundo.
Si os fijais en esta foto, mi madre no lleva nada a su espalda AAAAHHHHHH se ha dejado su mochila en el muro que hay en la Sima de Lezegalde, me toca pegarme un carrerón de 1,5 kilómetros para ir a buscarlo, y cenutrió de mí no caí en dejarles mi mochila y así ir más ligero jajaja, por suerte la mochila estaba donde la dejó.
Una última subida y salimos justo al lado de la carretera donde empezamos la ruta. Una excursión muy recomendable y que no podéis dejar de hacer si tenéis la ocasión. Si en verano, en pleno més de agosto está así de preciosa, no puedo imaginar como será en primavera o en invierno con todo nevado, no os lo penséis y hacerla.
FOTOS
DESNIVEL
MAPA
TRACK GPS
Distancia: 5 kilómetros 200 metros
Desnivel: 150 metros
Duración: 3 horas
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